Saldrás de Arusha con un guía local que conoce cada curva del camino, avistarás leones y elefantes dentro del cráter de Ngorongoro, compartirás un almuerzo junto a un charco lleno de hipopótamos ruidosos y escucharás historias reales sobre la vida aquí. No es solo ver animales, es esa sensación de darte cuenta de lo inmenso y salvaje que es este lugar.
Lo primero que recuerdo es cómo nuestro conductor, Joseph, golpeaba el tablero al salir de Arusha, como despertando al viejo Land Cruiser para otro día de aventura. El camino era tan irregular que no sabía si era el temblor de mis dientes o pura emoción. Pasamos por pequeños pueblos donde los niños saludaban con entusiasmo, y de repente apareció el borde verde del cráter de Ngorongoro. Es mucho más grande de lo que imaginaba, como si alguien hubiera sacado la tierra con una cuchara gigante.
Joseph conocía cada curva del camino hacia el cráter. Bajó la velocidad para que pudiéramos observar a un grupo de elefantes caminando entre la neblina matutina. Aún recuerdo el silencio absoluto cuando vimos nuestro primer rinoceronte negro; todos contuvimos la respiración. El aire tenía un olor a hierba fresca, mezclado con polvo y un toque dulce de flores silvestres. Intenté contar cuántos ñus cruzaban la llanura, pero me rendí después de cincuenta; parecían un río vivo que se movía sin parar.
Paramos a almorzar cerca de un charco de hipopótamos (el guía lo llamó “la banda sonora de la naturaleza” porque esos hipopótamos no paraban de hacer ruido). Mi sándwich supo mejor que cualquier plato gourmet, simplemente por el lugar donde estábamos: con las piernas colgando sobre la hierba, viendo a los flamencos caminar con cuidado por la orilla del lago. Joseph nos sirvió café de un termo viejo y contó historias de su infancia en la zona; se rió cuando le pregunté si alguna vez se cansa de esa vista. Solo negó con la cabeza.
No esperaba sentirme tan pequeño en un lugar tan abierto, ni querer quedarme más tiempo después de horas dando botes en ese jeep. De regreso a Arusha, no podía dejar de pensar en ese momento silencioso con el rinoceronte, cuando todo lo demás desapareció por un instante. Así que sí, si estás pensando en hacer una excursión de un día al cráter de Ngorongoro desde Arusha… ya verás a qué me refiero.
El viaje desde Arusha hasta el cráter de Ngorongoro suele durar entre 3 y 4 horas por trayecto.
Sí, el almuerzo está incluido y se sirve tipo picnic cerca de un charco de hipopótamos dentro del cráter.
Tienes buenas posibilidades de avistar a los cinco grandes: león, leopardo, elefante, búfalo y rinoceronte dentro del cráter de Ngorongoro.
Sí, tu conductor/guía es local y habla inglés, español o francés.
Esta excursión incluye recogida en el centro de Arusha antes de partir hacia el cráter de Ngorongoro.
Incluye agua, refrescos, café o té durante todo el día.
Sí, solo avisa con anticipación y lo organizarán según tus requerimientos.
El tour es adecuado para la mayoría, pero no se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardiovasculares.
Tu día incluye recogida en Arusha por tu guía y conductor, entrada al Área de Conservación de Ngorongoro, transporte en vehículo safari con agua y refrescos. El almuerzo tipo picnic se sirve junto a un charco de hipopótamos dentro del cráter (con café o té), y pueden atender solicitudes dietéticas si las comunicas antes de regresar a la ciudad por la tarde.
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