Remarás por los manglares de Ao Thalane en Krabi con un guía local amable, verás monos y aves de cerca, deslizarás bajo acantilados de piedra caliza y harás una parada para probar postres tradicionales tailandeses y coco fresco. Momentos de paz en el agua y sorpresas que quedan en la memoria.
No esperaba que el silencio en Ao Thalane fuera tan intenso — solo el sonido de mi remo y esos extraños cantos de aves rebotando en los acantilados. Nuestro guía, Somchai, sonrió cuando me sobresalté al ver a un mono saltar justo encima. “Solo tienen curiosidad”, me dijo, pero la verdad es que estaba más preocupado por que se me cayera el móvil al agua que por que un macaco me robara. El aire olía a sal y hojas mojadas, y bajo el dosel de manglares había una frescura que parecía transportarte a otro mundo.
Salimos temprano desde Krabi (no soy madrugador, pero la recogida fue fácil), y tras unas breves instrucciones — donde Somchai se rió mucho de cómo intentaba pronunciar “Ao Thalane” — nos lanzamos al agua. El kayak se deslizaba más suave de lo que imaginaba, incluso cuando zigzagueaba más que remaba recto. Es curioso cómo se te olvida el cansancio en los brazos cuando te quedas mirando esos muros de piedra caliza, con enredaderas verdes colgando como sacadas de una película. La palabra clave aquí sería “excursión desde Krabi”, porque esta es de esas aventuras que no se olvidan.
Esperaba encontrar más gente, pero éramos casi solo nosotros y un par de kayaks más deslizándose en silencio. En un momento, Somchai señaló unos cangrejitos diminutos que corrían por las raíces — sin él, ni los habría visto. Nos contó historias sobre las mareas y cómo los locales usan los manglares para pescar (seguro entendí la mitad, pero me dieron ganas de hablar más tailandés). Después de remar por un cañón estrecho donde apenas entraba la luz, paramos para probar unos bocados: pastelitos de arroz pegajoso envueltos en hoja de plátano y jugo de coco fresco. Quizá era el cansancio o que la comida sabe mejor al aire libre, pero ese postre supo a gloria.
De regreso, los brazos me temblaban, pero no me importaba. Hubo un momento en que todo quedó en silencio, salvo los pájaros y el golpeteo de los remos en el agua — a veces recuerdo esa vista cuando el ruido en casa me agobia. Así que sí, si buscas algo auténtico cerca de Krabi (y no te importa mojarte un poco), remar en kayak por Ao Thalane con un guía local vale cada músculo dolorido.
Sí, las rutas son sencillas y el guía local te dará todas las instrucciones.
Podrás ver monos, varias especies de aves y pequeños cangrejos en los manglares.
Sí, hay chalecos para todos los que los necesiten o quieran usar.
Sí, se sirven postres tradicionales tailandeses, pastelitos, fruta fresca de temporada y coco.
Es una actividad de medio día; la duración exacta depende de las condiciones.
Sí, el tour incluye recogida cómoda desde tu alojamiento.
Es apta para todas las edades, con un nivel básico de condición física.
No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas cardíacos o de columna.
Tu día incluye recogida en tu hotel de Krabi, todo el equipo de kayak con chalecos salvavidas si los necesitas, guía local experto durante todo el recorrido por los manglares y cañones de Ao Thalane, además de postres tradicionales tailandeses como pastelitos de arroz, fruta de temporada y coco fresco antes de regresar.
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