Navega en barco privado desde Phuket a las famosas playas de Maya Bay, haz snorkel en lagunas de coral con guía experto, observa monos juguetones en Monkey Beach y disfruta un almuerzo relajado en Phi Phi Don, todo sin multitudes ni prisas. Un día lleno de aire salado, risas y momentos para recordar mucho después de volver a casa.
“¿Ves esas aves? Sus nidos aquí valen más que el oro,” nos contó nuestro guía Somchai señalando la entrada de piedra caliza de Viking Cave mientras el barco se mecía suavemente. Nunca había oído hablar de la sopa de nido de pájaro, ni visto a los locales en pequeñas embarcaciones recogiendo esos nidos en alturas imposibles. El aire olía a sal y el eco de las olas contra la roca me invitaba a quedarme en silencio un momento.
El día arrancó con un café en una pequeña oficina en Phuket—nada lujoso, pero justo lo que necesitábamos. Después de guardar las mochilas (solo llevábamos lo esencial: protector solar), partimos rumbo a las islas Phi Phi. Tras 45 minutos, apareció Maya Bay doblando la curva: arena blanca tan brillante que casi dolía mirarla. Aún recuerdo esa primera inmersión—agua fresca, peces diminutos nadando entre mis piernas y alguien gritando “¡DiCaprio!” en broma por la peli. Nuestro guía repartió snorkels y señaló peces arcoíris y payasos; perdí la noción del tiempo flotando ahí.
Navegamos hacia una laguna donde los acantilados se cerraban y todo quedó en silencio salvo por salpicaduras. Sin multitudes, solo nosotros saltando del barco y riendo cuando a alguien se le empañaban las gafas. En Monkey Beach, los monos nadaron hacia nosotros (no esperaba que fueran tan atrevidos). Uno se sentó justo en la proa hasta que Somchai lo ahuyentó entre risas. Almorzamos en Phi Phi Don—escogimos un sitio al azar frente al mar, pedí algo picante que no supe pronunciar (Li se rió cuando intenté decirlo en mandarín—seguro lo arruiné), mientras veíamos pasar las barcas de cola larga.
Ya por la tarde, volvimos a bordo con bebidas frías y piña en rodajas. Nui Beach estaba más tranquila que cualquier otro lugar—una playa casi desierta salvo unos niños locales intentando atrapar cangrejos cerca de Camel Rock. De regreso, paramos en Koh Rang Yai para comer fruta y darnos un último chapuzón antes de que el atardecer tiñera todo de dorado. Sinceramente, repetiría este tour privado solo por esa luz.
El tour dura todo el día, incluyendo el traslado desde Phuket a los principales puntos como Maya Bay, Viking Cave, Monkey Beach, Nui Beach y Koh Rang Yai.
Sí, todos los participantes reciben equipo de snorkel para usar durante el recorrido privado en barco.
Durante el día hay agua embotellada, refrescos y snacks como fruta fresca a bordo.
El transporte privado está incluido, pero el punto de partida es la oficina en Phuket donde haces el check-in y puedes dejar tus maletas.
Sí, bebés y niños pequeños son bienvenidos; hay cochecitos y asientos especiales para bebés si los necesitas.
La entrada al parque nacional no está incluida; se paga en efectivo al guía el mismo día para gestionar el ticket.
Se hace una parada en Phi Phi Don donde puedes elegir un restaurante local con vistas al mar (el almuerzo no está incluido).
Sí, el barco privado cuenta con baño para los pasajeros durante todo el viaje.
Tu día incluye transporte privado desde el muelle de Phuket tras el check-in en la oficina (con espacio para guardar tus cosas), agua embotellada, refrescos, snacks como fruta fresca, uso de equipo de snorkel en cada parada (incluyendo Maya Bay y Nui Beach) y baño a bordo para que solo te preocupes por nadar o relajarte entre islas.
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