Esta es tu oportunidad para subir la famosa cascada “pegajosa” de Bua Tong cerca de Chiang Mai con un guía local—sí, ¡de verdad puedes caminar sobre las rocas! Refrescate en sus piscinas naturales, disfruta un almuerzo en un lugar típico y olvídate del transporte. Un día que recordarás mucho después de que se sequen tus pies.
Ya nos estábamos riendo antes de salir de Chiang Mai — nuestra conductora, Nok, tenía una lista de canciones pop tailandesas de los 90 que convirtió el viaje en furgoneta en una especie de película de carretera. Se tarda como una hora en llegar a la cascada Bua Tong, pero la verdad es que el tiempo voló. El paisaje cambia poco a poco de la ciudad a unas colinas verdes y enredadas. Nok nos señaló un altar escondido bajo un árbol en un cruce; nos contó que los locales dejan arroz pegajoso ahí para atraer suerte. Intenté preguntarle cómo se llamaba en tailandés y ella sonrió — seguro que lo dije fatal.
Lo primero que notas en la cascada pegajosa es el sonido — no es un rugido, más bien un burbujeo constante, como soda sobre las rocas. El aire huele fresco y verde, con un toque mineral. Nuestra guía, Li, nos enseñó a probar la piedra caliza con los pies desnudos. Es sorprendentemente adherente — de verdad puedes subir por el agua sin resbalar. Yo esperaba caerme en cualquier momento, pero no pasó (Li animaba cada vez que alguien superaba un tramo difícil). Hubo un momento en que la luz del sol tocó el rocío y todo se volvió dorado por un instante. Horas después, mis manos seguían frescas y ásperas por la piedra.
El almuerzo fue en un pequeño local al aire libre cerca de allí — nada lujoso, solo fideos picantes y pollo a la parrilla con arroz pegajoso (otra vez). Todos nos sentamos a contar quién se había resbalado y quién no. El hijo de alguien intentó enseñarme a decir “cascada” en tailandés; lo dije tan mal que nos echamos a reír los dos. De vuelta, todos íbamos en silencio, pero de ese silencio bueno — cansados pero felices, con los zapatos embarrados y el pelo húmedo. No dejo de pensar en esa sensación de escalar directo entre el agua como si fuera lo más normal del mundo…
Está a unos 60 kilómetros al norte de Chiang Mai, y se tarda aproximadamente una hora en coche o furgoneta.
No, no necesitas zapatos especiales—de hecho, subirás descalzo para aprovechar mejor el agarre de la piedra caliza.
Sí, el almuerzo en un restaurante local está incluido como parte de la experiencia.
La edad mínima es de 7 años por razones de seguridad según la política del Sticky Waterfall.
Sí, un guía local experto te acompañará durante toda la escalada para tu seguridad y para darte consejos.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Chiang Mai, transporte en vehículo con aire acondicionado, entrada a la cascada Bua Tong, seguro de viaje para tu tranquilidad y una comida en un restaurante local antes de regresar juntos a la ciudad.
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