Bajas del vuelo en el aeropuerto de Paramaribo y ves tu nombre esperándote—sin filas ni confusión. Viaja directo al centro en un coche con aire acondicionado y un conductor local que conoce todos los atajos. A la vuelta, te recogen en la puerta del hotel para que solo te relajes hasta el despegue. A veces, esos pequeños detalles hacen que viajar sea más ligero.
Arrastramos las maletas entre la pequeña multitud del aeropuerto de Paramaribo, en Surinam, aún con esa sensación de haber salido del avión hace poco. Ahí estaba un tipo con un cartel con mi nombre—algo formal, pero también reconfortante. Sonrió y nos hizo señas para que nos acercáramos, ayudó con las bolsas (la mía pesaba más de lo que quería admitir). El aire afuera era denso y cálido; se olía la lluvia a lo lejos, aunque todavía no caía. Nuestro conductor—se llamaba Roy—preguntó si habíamos dormido en el vuelo. Mentí y dije que sí.
El trayecto hacia Paramaribo no fue largo, ¿unos 45 minutos? Difícil decir porque Roy no paraba de señalar cosas en inglés—un mercado pintado con colores vibrantes, una calle donde dijo que está la mejor roti (intenté recordar el nombre pero no pude). El coche estaba limpio y con aire acondicionado, algo casi raro después del calor pegajoso afuera. En un momento pasamos por un grupo de niños que saludaban a los coches; Roy tocó la bocina dos veces y ellos celebraron como si fuera una broma interna. Me gustó eso.
Al regresar al aeropuerto unos días después, llegó justo a tiempo—de hecho, un poco antes—y volvió a ayudar con las maletas. Esa mañana llovía fuerte; se oía el golpeteo en el techo mientras manejábamos. Preguntó por nuestra estadía y se rió cuando intenté pronunciar “Paramaribo” correctamente (la verdad, lo hice fatal). Hay algo lindo en no preocuparte por taxis, horarios o esperas. Todo fue tan sencillo—¿demasiado sencillo? Pero aún recuerdo ese primer suspiro húmedo afuera del PBM y la sonrisa ladeada de Roy. Qué curioso lo que se queda en la memoria.
Normalmente unos 45 minutos, según el tráfico y el clima.
Es un traslado privado ida y vuelta solo para tu grupo.
Sí, se pueden pedir sillas para bebés con antelación.
Sí, los conductores hablan inglés y pueden darte consejos locales.
Sí, te recogen en tu hotel o dirección para volver al aeropuerto PBM.
Los vehículos tienen sujeciones para equipo deportivo; avisa cuántas maletas llevas al reservar.
Sí, los animales de servicio están permitidos a bordo.
Sí, todos los vehículos cuentan con aire acondicionado para tu comodidad.
Tu traslado ida y vuelta incluye transporte privado entre el aeropuerto de Paramaribo en Surinam y cualquier hotel o dirección en la ciudad—con horarios flexibles, vehículo con aire acondicionado (silla para bebé disponible si la necesitas), ayuda con el equipaje de tu conductor que habla inglés, y la tranquilidad de no quedarte esperando en ningún momento.
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