Entra al Museo Olímpico de Lausana, donde cada rincón cuenta una historia — desde los triunfos de los atletas hasta momentos detrás de cámaras. Observa a los niños jugar en el parque de esculturas, disfruta las exhibiciones digitales a tu ritmo y conecta con leyendas y locales. La experiencia es accesible para todos y te invita a encontrar tu momento favorito.
Apenas habíamos cruzado las puertas del Museo Olímpico en Lausana cuando un niño pequeño pasó corriendo junto a nosotros, con los brazos extendidos como si estuviera cruzando la meta. Su papá se rió y dijo —“¡Está imitando a Bolt!”— y la verdad, eso marcó el tono de toda la visita. Nuestra guía en la entrada (creo que se llamaba Sophie) nos dio un mapa pero nos dijo que siguiéramos lo que más nos llamara la atención. “Cada quien encuentra su propia historia aquí”, nos dijo. Me gustó esa idea.
Lo primero que me sorprendió dentro no fueron medallas ni antorchas, sino ese suave aroma a madera pulida y algo metálico, como los suelos de un gimnasio antiguo después de la lluvia. Recorrimos exhibiciones sobre la vida de los atletas, algunos nombres me sonaban, otros ni idea. Había un video en bucle con voluntarios detrás de escena en Juegos pasados; se escuchaban risas y gritos en media docena de idiomas. Me hizo darme cuenta de todo lo que hay detrás de cada evento — no solo los campeones, sino todos los que hacen posible la fiesta.
Al salir, paseamos por el parque salpicado de esculturas (unas me gustaron, otras no tanto), justo entre el brillo del Lago Lemán y los tejados de la ciudad. Un grupo de adolescentes intentó imitar a una estatua de lanzador de disco — uno casi se cae y todos se rieron a carcajadas. Los tres pisos del museo se recorren con calma; había cosas digitales para mi pareja que adora la tecnología, pero también rincones tranquilos para simplemente mirar el agua un rato. Sinceramente, a veces todavía pienso en esa vista cuando el ruido de casa me abruma.
Sí, todas las áreas y superficies del museo son accesibles para sillas de ruedas.
Tu entrada incluye acceso a exposiciones permanentes y temporales, además de contenido digital interactivo.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden entrar en cochecito o carriola dentro del museo.
Sí, hay varias opciones de transporte público cerca para llegar fácilmente.
No, los niños deben estar acompañados por un adulto durante la visita.
Sí, los animales de servicio están permitidos dentro del museo.
La experiencia se extiende en tres pisos que cubren distintos aspectos del olimpismo.
Tu día incluye la entrada a todas las exposiciones permanentes y temporales del Museo Olímpico de Lausana, además de acceso completo a contenido digital interactivo durante toda la visita — todo completamente accesible, ya sea que uses cochecito o silla de ruedas.
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