Viaja de Ginebra a Chamonix con un guía local que conoce cada curva de la montaña. Pasea por calles alpinas bajo la sombra del Mont Blanc, sube en teleférico sobre las nubes hasta la Aiguille du Midi y atrévete con “Step into the Void”. Si eliges Montenvers, prepárate para vistas del glaciar que no olvidarás.
“¿Ves esa cima? Es el Mont Blanc”, nos dijo nuestro guía y conductor, Marc, justo al cruzar a Francia. Todavía medio dormido por la salida temprana en Ginebra, pero la forma en que los Alpes se levantaban a ambos lados de la carretera me despertó al instante. El trayecto duró unos 90 minutos, aunque se me hizo más corto porque Marc no paraba de señalar pueblitos y contar historias de escaladores que intentaron (y a veces no lograron) coronar el Mont Blanc. Nos ofreció agua embotellada y bromeó diciendo que ni los locales se acostumbran a estas vistas.
Chamonix es... bueno, tiene ese bullicio que solo tienen los pueblos de montaña. Se escuchan alemán, italiano, francés y mucho inglés. Paseamos por calles estrechas llenas de panaderías (el olor a pan recién hecho me hizo parar un momento), y en cada rincón, el Mont Blanc se alzaba imponente, como un guardián silencioso. Intenté pronunciar “Aiguille du Midi” bien; Marc se rió y me corrigió (todavía no lo consigo). La palabra clave aquí sería “excursión de un día desde Ginebra a Chamonix” — bueno, no Machu Picchu ni Cusco, pero entiendes la idea: esta es LA excursión de un día desde Ginebra si buscas montaña.
El teleférico a la Aiguille du Midi es una pasada. Sube tan rápido que te tapan los oídos antes de darte cuenta de la altura. Arriba — a 3.842 metros — el aire es frío y fino incluso en verano. Hay una caja de cristal llamada “Step into the Void” donde estás suspendido sobre nada más que aire y un glaciar abajo; las piernas me temblaron, pero lo hice igual (mi pareja tomó fotos para probarlo). En días despejados se dice que se puede ver hasta el Matterhorn en Suiza — nosotros tuvimos suerte unos cinco minutos antes de que llegaran las nubes.
Si eliges la opción extra del tren cremallera rojo hasta Montenvers, no te lo pierdas. El tren parece sacado de una película antigua, y al bajar en Mer de Glace… ver cómo ha retrocedido el glaciar impresiona (Marc habló en voz baja sobre el cambio climático; se le notaba triste de verdad). No nos apuramos para bajar, simplemente nos quedamos un rato viendo cómo la niebla se enroscaba entre los picos afilados. A veces todavía pienso en ese silencio.
Unos 90 minutos en vehículo privado con guía-conductor.
Sí, incluye recogida y regreso al hotel en Ginebra.
Sí, lleva tu pasaporte porque cruzarás de Suiza a Francia.
Sí, si los seleccionas al reservar tendrás acceso sin colas para la Aiguille du Midi.
Sí, pero deben ir acompañados por un adulto; el teleférico no permite niños menores de 3 años.
El multipass da acceso a alternativas, pero las actividades no usadas no se reembolsan por Compagnie du Mont-Blanc.
Sí, hay opciones de transporte público cerca.
No, no incluye comida; tendrás tiempo libre en el pueblo para comer o tomar algo.
Tu día incluye transporte privado con guía local desde Ginebra a Chamonix y vuelta, recogida y regreso al hotel en Ginebra, agua embotellada durante el trayecto, pases sin colas para el teleférico a la Aiguille du Midi si los eliges (más acceso a “Step into the Void”), y entradas opcionales para el tren cremallera a Montenvers y el glaciar Mer de Glace si decides añadir esa experiencia extra.
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