Recorrerás las calles reales de Estocolmo en un carrito de golf privado, guiado por un local que conoce cada atajo y anécdota. Aire fresco, acceso fácil para todos (incluso cochecitos o sillas de ruedas), comentarios en vivo en tu idioma y momentos donde la ciudad se siente tan cerca que casi puedes tocarla — sobre todo cuando el aroma a bollos de canela flota o el sol brilla sobre el agua.
Para ser sincero, reservé este tour privado en carrito de golf en Estocolmo principalmente porque mis rodillas aún me dolían del día anterior. Pero al llegar a Gamla Stan, envuelto en mi bufanda (la primavera en Suecia no es cualquier cosa), supe que había tomado la decisión correcta. Nuestro guía, Erik, nos saludó con una sonrisa y ayudó a mi madre a subir — le encantó lo fácil que fue subirse. Es curioso lo silenciosa que se siente la ciudad desde un carrito de golf, incluso con tráfico cerca; se escuchan las campanas de las iglesias resonando en los adoquines, y a veces solo tu propia risa rebotando.
Pasamos rápido frente al Palacio Real y casi ni lo noto — Erik nos señaló el cambio de guardia y nos contó que el Rey a veces viene en bici (aunque ese día no). El Parlamento lucía imponente, pero lo que realmente me quedó grabado fue el aroma de los bollos de canela que salía de una panadería cerca de Kungsträdgården. No entramos a ningún sitio grande — este no es ese tipo de tour — pero ver la aguja de la iglesia de Riddarholmen contra ese cielo gris tuvo algo de cinematográfico. Mi hermana intentó pronunciar “Riddarholmskyrkan” y Erik solo se rió negando con la cabeza. Yo todavía no lo consigo.
¿Lo mejor? Cuando paramos en un mirador — con un viento más frío de lo esperado — y de repente todas esas islas cobraron sentido. Entendí por qué Estocolmo es llamada “la Venecia del Norte”. No hacía el mejor tiempo, pero de alguna forma eso lo hizo aún más especial. Teníamos WiFi a bordo (mi padre no paraba de revisar los resultados del fútbol), cubiertas para la lluvia listas por si acaso, y Erik cambió al español para mi cuñado sin perder el ritmo. Hay algo en ver una ciudad así: rápido para cubrir terreno, lento para notar detalles como el arte urbano escondido junto a muros de piedra antigua. Sigo pensando en esa vista incluso ahora.
Sí, todas las zonas son accesibles para sillas de ruedas y se permiten cochecitos o carritos de bebé.
No, es un tour para ver la ciudad desde el carrito; no se entra a atracciones.
El guía en vivo habla inglés; hay audioguías en inglés, alemán, español, polaco y sueco.
Puedes elegir entre 60, 90 o 150 minutos al reservar.
Sí, el carrito cuenta con cubiertas para lluvia por si el clima cambia.
Los bebés pueden participar, pero deben ir en el regazo de un adulto; también se aceptan cochecitos.
Sí, el carrito tiene WiFi para que los pasajeros lo usen durante el tour.
El equipo puede contactarte por teléfono si hay algún retraso por el tráfico; por favor mantén tu móvil accesible.
Tu día incluye transporte privado por Estocolmo en un carrito de golf ecológico con WiFi a bordo, guía en vivo más opciones de audioguías en cinco idiomas, todos los impuestos y tasas incluidos, además de protección contra la lluvia si hace falta. La accesibilidad para sillas de ruedas está garantizada para que todos disfruten cómodamente de principio a fin.
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