Recorre St Martin a través de sus sabores con un guía local: desde Johnny Cakes calientes en el desayuno, queso holandés y ron casero en una destilería familiar, hasta un almuerzo francés relajado con vistas a la isla. Risas, nuevos sabores y historias reales en cada bocado.
Empezamos nuestro tour gastronómico en St Martin justo en pleno bullicio matutino de Marigot: niños con uniforme, vendedoras del mercado gritando precios, ese ambiente tan auténtico. Nuestro guía, Jean-Luc, me entregó un Johnny Cake calentito (lo llamó “Journey Cake” con una sonrisa) y juro que me quemé los dedos de la impaciencia. Tenía un sabor entre pan de maíz y un abrazo: dulce-salado y con un toque masticable. El aire olía a masa frita y té de hierba limón, servido en tazas desparejadas. No esperaba sentirme tan en casa tan rápido.
Luego llegó el queso holandés con vino—sí, en el Caribe. Nos sentamos bajo unas sombrillas desgastadas mientras Jean-Luc contaba cómo los colonos holandeses trajeron sus tradiciones de gouda hace siglos. El queso era intenso pero cremoso, y el vino lo suficientemente frío para olvidarte del calor un rato. Cerca, alguien puso música zouk en el móvil; se mezclaba con el tintinear de las copas y creaba un ambiente relajado. Intenté pronunciar “Edam” como él, pero fallé rotundamente; se rió y me sirvió más vino.
Lo que más me marcó fue la destilería Guavaberry Colombier Tradition. El aroma al entrar era dulce, especiado, casi medicinal, y probamos pequeños sorbos de ron casero que te hacían cosquillas hasta el alma. Un señor mayor detrás del mostrador nos contó historias de huracanes y mangos; entendí la mitad, pero bastó para sentir la fuerza y el carácter de St Martin (para bien). El almuerzo fue en un pequeño restaurante francés que cambia cada día—nos tocó pescado a la parrilla con una salsa que sabía a mantequilla y sol. Sigo pensando en esa vista desde la terraza, de verdad.
Me fui lleno pero sin sensación de empacho, ¿me entiendes? Hubo momentos en que olvidé que estábamos en un “tour”; parecía más bien que acompañaba a alguien que realmente vive aquí. Si tienes curiosidad por lo que comen (y beben) en St Martin, esta es la experiencia más auténtica sin tener que mudarte.
Probarás desayuno criollo (Johnny Cake), queso holandés con vino, pan de plátano casero, ron local en la destilería Guavaberry Colombier Tradition y un almuerzo francés.
Sí, hay vino durante la cata de queso holandés y ron en la destilería Guavaberry Colombier Tradition.
Sí, incluye un almuerzo francés de un plato con vino o refresco en un restaurante seleccionado.
El tour visita cuatro lugares/restaurantes para degustar comida y bebida criolla, holandesa y francesa.
No se menciona recogida en hotel; los participantes se reúnen en el punto de inicio.
Sí, pueden participar bebés y niños pequeños; hay asientos especiales para bebés y se permiten cochecitos.
El tour es accesible para todos los niveles de movilidad; también se admiten animales de servicio.
El tour recorre influencias francesas (St Martin) y holandesas (St Maarten) a través de paradas gastronómicas por toda la isla.
Tu día incluye degustaciones de desayuno criollo con Johnny Cake, té helado de hierba limón casero, queso holandés con vino, bocados de pan de plátano, ron local en la destilería Guavaberry Colombier Tradition, agua durante todo el día y un almuerzo francés relajado con vino o refresco, todo guiado por alguien que conoce estos sabores al detalle.
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