Recorrerás Ngor Village en Dakar con un guía local, probando pasteles calientes recién fritos, el clásico arroz thieboudienne junto al mar y cordero ahumado en una dibiterie. Disfruta jugo de baobab mientras escuchas historias y risas a tu alrededor — no es solo comida, es una noche entrelazada con el ritmo diario de Dakar.
No esperaba que la noche empezara con la música y el humo de pescado envolviéndonos, pero así comenzó nuestro tour de comida callejera senegalesa en Ngor Village. Nuestra guía, Fatou, nos llamó desde un puesto donde dos mujeres discutían (¿en wolof? ¿en francés? ¿o en ambos?) sobre quién hacía el mejor yassa. Ella sonreía como si estuviera en la broma. El aire estaba cargado de carbón y un aroma dulce — ¿sería jarabe de bissap? Intenté adivinar, pero me rendí cuando Fatou me pasó un pastelito aún caliente de la freidora. Me quemé un poco la lengua. Valió la pena.
Recorrimos callejones donde los niños corrían entre las mesas y el tío de alguien saludaba a Fatou en cada esquina. Parecía conocer a todo el mundo. En una parada, nos apretamos en taburetes de plástico para probar el thieboudienne — el plato nacional, arroz rojo con tomate y trozos de pescado escondidos dentro. El vendedor se rió cuando pedí repetir (supongo que mi acento me delató). La arena bajo los pies y el sonido de las olas cerca; casi podías saborear la sal mezclada con el aroma de la carne a la parrilla de la dibiterie de al lado. Todavía sueño con ese bocado ahumado de cordero, la verdad.
Después llegó el jugo de baobab — blanco lechoso y dulce con un toque ácido, nada parecido a lo que había probado antes. Algunos tomaban café o cócteles de bissap; Fatou nos contó que cada bebida tiene un significado distinto según quién la sirva o la hora del día. Me encantó ese detalle. Terminamos cerca de la playa al caer el crepúsculo, comiendo pequeños pasteles fritos mientras los niños jugaban al fútbol cerca. No era nada preparado ni elegante — solo la vida real sucediendo a nuestro alrededor mientras comíamos.
El recorrido es de unos 1.5 km y suele durar varias horas mientras pruebas platos en distintas paradas.
Los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecitos, aunque algunas zonas con arena pueden ser difíciles para ruedas normales.
Probarás thieboudienne (plato nacional), fataya (pasteles fritos), yassa, carnes a la parrilla en una dibiterie, bebidas locales como jugo de baobab o cócteles de bissap, entre otros.
Sí, incluye agua embotellada y especialidades locales como jugo de baobab o café durante el paseo.
La ruta es mayormente pavimentada pero tiene zonas con arena; solo sillas preparadas para arena podrán avanzar sin problemas.
No incluye recogida; te encuentras con el guía directamente en Ngor Village para comenzar el paseo.
Tu noche incluye todas las degustaciones en el camino — pasteles calientes, arroz thieboudienne con pescado frente al mar, carnes a la parrilla en una dibiterie — además de agua embotellada y bebidas locales como jugo de baobab o café. Un guía local amable te acompaña en cada parada y comparte las historias detrás de cada bocado.
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