Saldrás del avión y te recibirán con el aire húmedo de St Vincent y un conductor local que conoce todos los atajos. Conversaciones amenas por caminos sinuosos, vistas de la vida isleña y ayuda para llegar a tu ferry a Bequia, incluso si tu vuelo se retrasa. No es solo un traslado, es una bienvenida al ritmo de la isla.
Lo primero que noté al aterrizar en St Vincent fue el aire denso y cálido — parecía pegarse a mi camiseta al salir. Stefano ya me esperaba justo después de la zona de llegadas, sosteniendo un cartel con mi nombre (siempre me da un cosquilleo raro verlo). Me hizo una señal con una sonrisa tranquila y me ayudó a meter la maleta en su furgoneta. El camino hacia el ferry de Bequia no fue directo; serpenteamos entre colinas verdes, con las ventanas bajadas para escuchar los pájaros y captar aromas dulces — ¿serían mangos? No estoy seguro. Stefano me señaló un campo de cricket donde me contó que su primo jugó en el equipo local. Eso me sacó una sonrisa.
Me preocupaba perder el último ferry — los vuelos aquí suelen retrasarse, y eso lo sabe todo el mundo. Stefano me dijo que no me preocupara; si íbamos justos, llamaría para pedir que esperaran unos minutos. “Me conocen,” dijo, dando un golpecito en el volante como si fuera un chiste entre nosotros. Hay algo reconfortante en esa conexión local. El viaje se sintió más como una pequeña excursión que un simple traslado al ferry de Bequia — destellos de agua azul entre los árboles, gente saludando desde puestos en la carretera vendiendo fruta. En un momento tuvimos que frenar por unas cabras cruzando la calle (aún me río pensando en lo despreocupadas que estaban).
Cuando llegamos cerca de la terminal de ferris en Kingstown, me sentí sorprendentemente relajado para alguien que llevaba media jornada viajando. Stefano me ayudó con la maleta otra vez y me indicó hacia dónde debía ir — incluso se ofreció a acompañarme si quería. No era nada lujoso, pero eso lo hizo aún mejor. Si vas del aeropuerto de St Vincent al ferry de Bequia con un guía local como él, no solo tendrás un traslado.
Tu conductor te esperará en llegadas y te llevará en coche directamente a la terminal de ferris de Kingstown para continuar hacia Bequia.
El conductor sigue los horarios y puede contactar con el personal del ferry para que esperen unos minutos si es necesario.
Sí, la recogida es flexible y se adapta al horario de tu vuelo.
Sí, se pueden llevar bebés y niños pequeños en cochecitos; también hay asientos elevadores disponibles.
Sí, todos los traslados se hacen en vehículos con aire acondicionado para mayor comodidad.
Sí, los animales de servicio pueden viajar en este traslado.
Tu conductor te enviará un mensaje antes de llegar y llevará un cartel con tu nombre en la zona de llegadas.
Tu viaje incluye recogida personalizada en el aeropuerto de St Vincent por un guía local, vehículo con aire acondicionado para el trayecto panorámico hasta la terminal de ferris de Kingstown, horario flexible para vuelos retrasados y ayuda con el equipaje — para que puedas relajarte desde que aterrizas hasta que embarcas en el ferry a Bequia.
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