Si quieres sumergirte en la auténtica historia de Rumanía —castillos, leyendas, tumbas reales— este tour privado te ofrece todo eso y mucho más, con relatos locales que no encontrarás en las guías. Caminarás por donde Vlad el Empalador gobernó, conocerás la vida aristocrática en la Mansión Golești y te maravillarás con la belleza única del Monasterio de Curtea de Argeș.
La mañana en Bucarest aún tenía ese aire fresco que hace que el primer café sepa mejor cuando nuestro guía nos recogió. Salimos de la ciudad y, tras una hora, los bloques urbanos dejaron paso a verdes campos ondulados. Nuestra primera parada fue la Corte Real de Târgoviște. Al cruzar sus viejas puertas de piedra, casi se escuchan los ecos del pasado: aquí gobernó Vlad el Empalador en el siglo XV. Las torres derruidas y los muros gruesos parecen guardar mil historias. Andrei, nuestro guía, nos señaló el lugar donde Vlad supuestamente celebraba sus famosos banquetes. Dentro de las ruinas se percibe un leve olor a piedra húmeda, y si prestas atención, oirás pájaros anidando en lo alto. A esa hora no había mucha gente, solo algunos locales paseando con sus perros.
La siguiente parada fue la Mansión Golești. El camino fue tranquilo; pasamos junto a puestos en la carretera que vendían cerezas y flores silvestres. La mansión está rodeada de tilos que comenzaban a florecer, llenando el aire de un aroma dulce y natural. Este lugar no es solo habitaciones elegantes; alberga un museo que muestra cómo era la vida rural. Me encantó ver los antiguos carros de madera y las alfombras tejidas a mano. Nuestro guía nos contó historias sobre la familia Golescu y cómo este lugar fue un punto de encuentro para artistas y pensadores. Incluso hay un pequeño museo del pueblo escondido detrás de la casa principal, fácil de pasar por alto si no lo buscas.
La última parada fue el Monasterio de Curtea de Argeș. Aunque hayas visto fotos, nada te prepara para admirar su detallada piedra tallada de cerca. La iglesia tiene más de 500 años y ha inspirado muchas otras en toda Rumanía. Dentro, reina un silencio casi reverente, con velas parpadeando y ese aroma inconfundible a incienso. Visitamos las tumbas de cuatro reyes rumanos; nuestro guía narró sus historias con gran calidez. Afuera, una anciana vendía miel junto a la puerta; nos contó que su familia lleva generaciones dedicándose a eso.
Sí, es para todas las edades y niveles físicos. Las caminatas son suaves y hay muchos lugares para descansar.
Por supuesto. Solo avísanos al reservar y ajustaremos el itinerario para incluir el Castillo de Poienari.
El tour completo suele durar entre 9 y 10 horas, incluyendo el traslado desde Bucarest.
Sí, en cada parada hay pequeños cafés y vendedores locales donde puedes comprar snacks o bebidas.
Guía privado solo para ti durante todo el día, transporte cómodo desde tu hotel en Bucarest (recogida y regreso incluidos), entradas a todos los sitios, y muchas historias locales en el camino. Solo tu grupo participa, sin extraños.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?