Descubre los castillos reales de Rumanía, pasea por tranquilos monasterios y disfruta vinos y quesos locales, todo en una excursión relajada desde Bucarest. Historia, paisajes y sabores que harán de tu día una experiencia inolvidable.
Empezamos la mañana subiendo por caminos entre bosques hacia el Castillo de Peles, con el aire fresco y ese aroma a pino que solo se siente en los Cárpatos. El castillo parece sacado de un cuento de hadas: torres altas, balcones tallados y tantos detalles que podrías quedarte horas admirándolos. Dentro, nuestro guía Andrei nos mostró puertas secretas y contó historias de Carlos I que no encontrarás en ninguna guía. Recuerdo pasar la mano por la barandilla de madera pulida—todo es nogal, lustrado por décadas de visitantes. Si te gusta el arte o la historia, querrás quedarte en la sala de música; los vitrales brillan cuando el sol los ilumina justo.
A pocos minutos en coche, llegamos al Monasterio de Sinaia. Aquí reina la calma, con monjes en sus tareas diarias y campanas que resuenan suavemente en los jardines. Los frescos son vibrantes, pero lo que me atrapó fueron las pequeñas tallas de madera alrededor del altar—tantos detalles en tan poco espacio. Pasamos unos minutos sentados en un banco afuera, disfrutando la vista a la montaña y el zumbido lejano de las abejas. Es fácil olvidar que estás a solo un par de horas de Bucarest.
Después visitamos el Castillo Cantacuzino, en lo alto de Bușteni, con vistas que te invitan a detenerte y contemplar. La terraza es famosa para fotos en Instagram, pero en persona es aún mejor. Probamos tres vinos locales, cada uno con su historia contada por un sommelier que claramente ama su trabajo. Los quesos venían de granjas cercanas; nunca había probado un queso de oveja ahumado tan especial. Si tienes suerte, podrás ver a alguna pareja local haciendo fotos de boda en los jardines. Luego regresamos a Bucarest, cansados pero felices, con esa sensación agradable que deja una buena copa de vino y un día bien aprovechado.
Sí, los niños son bienvenidos siempre que vayan acompañados por un adulto. Hay mucho para ver y hacer para todas las edades.
Si viajas en noviembre, cuando Peles cierra, visitaremos el Castillo Pelisor, igual de fascinante y muy cerca.
Sí, ofrecemos snacks y quesos vegetarianos. Solo avísanos tus preferencias al reservar.
Caminarás por castillos y jardines, pero sin esfuerzo excesivo. Es recomendable llevar calzado cómodo.
Incluye transporte privado, entradas a ambos castillos, visita guiada con experto en inglés, agua embotellada y una cata seleccionada de vinos con quesos locales y snacks tradicionales rumanos. Nosotros nos encargamos de todo para que solo disfrutes el día.
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