Navega por la Bahía de Samaná con un guía local, avista ballenas jorobadas (si tienes suerte) y pasa horas relajándote en la suave arena de Cayo Levantado. Con almuerzo dominicano incluido y anécdotas en el camino, será un día que recordarás mucho después de secarte los pies.
Te cuento la verdad — casi perdemos el barco porque me distraje con un vendedor de pan de coco fresco en el puerto de Samaná. El aroma era increíble, dulce y con ese toque fermentado, y nuestra guía Rosa solo sonreía como si eso le pasara todos los días. Nos llamó con la mano, “¡Vamos, o las ballenas las verán desde aquí!” Así que nos subimos rápido al bote, todavía riendo, y ya sentía esa brisa salada pegajosa en los brazos.
El viaje por la Bahía de Samaná estuvo movido pero emocionante — salpicaduras de agua por todos lados, gente agarrándose el sombrero y el celular. Rosa nos señaló dónde llegan las ballenas jorobadas cada año (de enero a marzo), y de repente todos nos quedamos en silencio, atentos al agua. Las vimos — no mucho tiempo, solo una cola y un chorro de agua — pero fue una sensación muy especial. Como si estuviéramos invadiendo algo milenario. No esperaba que se me pusieran los pelos de punta por eso.
Después desembarcamos en Cayo Levantado (algunos le llaman Isla Bacardí — parece que hubo un anuncio famoso), que es un pequeño pedazo de arena blanca con palmeras que se inclinan en todas direcciones. El almuerzo fue sencillo pero perfecto: pescado frito, arroz con habichuelas y una ensalada ácida que sabía a limón y sol. De fondo se escuchaba música que venía de unas chozas detrás de la playa; intenté preguntar el nombre de la canción pero seguro arruiné el español porque todos se rieron con cariño.
Pasé la tarde flotando en el agua tibia, viendo las nubes pasar sobre la bahía. En un momento Rosa nos trajo agua embotellada y nos contó de su infancia aquí — cómo se robaba mangos del árbol del vecino después del colegio. Eso me quedó más grabado que cualquier postal. La quemadura de sol ya se está quitando, pero sigo pensando en ese momento tranquilo flotando en la bahía.
Se toma un taxi acuático desde el puerto de Samaná en la Avenida Marina; son unos 5 kilómetros cruzando la bahía.
No, no se puede asegurar porque son animales salvajes; la mejor época para verlas es de enero a marzo.
Incluye transporte privado, agua embotellada, almuerzo en Cayo Levantado, vehículo con aire acondicionado y chalecos salvavidas para el paseo en barco.
Sí, durante la visita a la isla se sirve un almuerzo típico dominicano.
No se recomienda para personas con lesiones en la columna o mujeres embarazadas.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del punto de partida en Samaná.
Tu día incluye transporte privado desde Samaná en vehículo con aire acondicionado, agua embotellada durante todo el viaje, chalecos salvavidas para el paseo en barco por la Bahía de Samaná hasta Cayo Levantado (Isla Bacardí), y un almuerzo tradicional dominicano servido en la isla antes de regresar cómodamente.
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