Conduce tu propio buggy por el campo de Puerto Plata, haz una parada para un café dominicano con los vecinos y atraviesa senderos llenos de barro hasta la playa Bergantín. Con un guía local amigable y la opción de cambiar de conductor o simplemente disfrutar el paisaje salvaje, este día es más de risas que de verse perfecto.
Nos subimos a los buggies justo a las afueras de Puerto Plata — cascos puestos, polvo en el aire — y supe de inmediato que no sería un paseo tranquilo. Nuestro guía, Miguel, sonrió mientras nos entregaba botellas de agua (“¡La van a necesitar!”) y nos explicó cómo cambiar de conductor si queríamos. Nunca había manejado uno, pero tras unos minutos llenos de baches, empezó a ser divertido. El camino era irregular en algunos tramos, pero uno se acostumbra rápido al traqueteo. Gallinas cruzaban corriendo y niños saludaban desde las puertas; intenté devolver el saludo y casi me paso una curva.
A los quince minutos paramos en una casita en la loma — un puñado de vecinos charlaban en sillas de plástico afuera. Alguien me ofreció una tacita de café dominicano (fuerte y dulce, casi como jarabe), y por un momento todo quedó en silencio salvo el canto de los pájaros y una bachata sonando en una radio cercana. Miguel nos contó cómo creció por ahí; se rió cuando intenté decir “gracias” con mi acento. El aire olía a tierra mojada tras la lluvia de anoche — seguro por eso había tantos charcos de barro esperándonos en el siguiente tramo.
La siguiente parte fue puro caos: barro salpicando por todos lados, agua levantándose sobre nuestras piernas (dejé de intentar mantenerme limpio). Llegamos a la playa Bergantín con los zapatos llenos de tierra — algunos se lanzaron directo al mar y otros se quedaron sonriendo como si hubiéramos sobrevivido juntos a una aventura. Yo no nadé, pero dejé que el viento salado me secara la cara un rato. De regreso, Miguel dejó que mi amigo manejara y yo solo me agarré fuerte, riendo cada vez que pasábamos otro charco. Fue como volver a ser niño.
El tour dura aproximadamente 2 horas y 20 minutos.
Sí, el transporte privado está incluido en tu día.
Sí, hay una parada en la playa Bergantín donde puedes nadar si quieres.
Sí, las parejas pueden turnarse como conductor y copiloto durante el recorrido.
Sí, hay una parada para disfrutar café local gratis en el campo.
Sí, se incluyen cascos para tu seguridad durante el paseo.
Usa ropa que no te importe ensuciar o mojar; lo mejor son zapatos cerrados.
No, no incluye almuerzo; se ofrecen bebidas como refrescos y agua embotellada.
Tu día incluye transporte privado con aire acondicionado y WiFi a bordo, todo el equipo de cascos para seguridad, refrescos o agua embotellada gratis durante el recorrido, además de la parada inolvidable para café dominicano antes de llegar a la playa Bergantín para un baño opcional.
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