Entra en pubs auténticos de Praga con un guía local, prueba seis cervezas artesanales checas únicas directamente de microcervecerías y disfruta snacks clásicos como queso marinado y crema de grasa de cerdo. Aprende a pedir cerveza como un local, quizá hasta te lleves tips para hacer tu propia cerveza, y ríe con historias que recordarás mucho después de irte de Praga.
Nos alejamos de la calle principal, siguiendo a nuestro guía Pavel por un callejón que olía a malta y a algo frito. La primera parada fue un bar diminuto que jamás habría notado — nada llamativo, solo unos cuantos locales charlando con sus medio litros. Pavel me pasó un vaso con algo turbio y dorado; lo llamó “pivo” con una sonrisa cómplice y luego explicó que la cerveza artesanal checa no es solo lúpulo, sino equilibrio. Di un sorbo — fresco, casi con sabor a hierba — y traté de decir “¡Na zdraví!” como nos enseñó. No sé si me salió bien.
La siguiente parada fue una microcervecería en pleno funcionamiento. Se sentía el calor de los tanques al fondo, se escuchaba el zumbido bajo de las máquinas (y la música que llegaba desde la cocina). Nos sentamos en una larga mesa de madera mientras Pavel sacaba platos: queso marinado, salchicha que parecía intimidante pero tenía un sabor ahumado y dulce, y una crema de grasa de cerdo que me sorprendió — salada, cremosa, perfecta con una lager oscura. Contó historias sobre la cultura de los pubs checos y por qué aquí sirven la cerveza con tanto cuidado. En un momento Li, de nuestro grupo, intentó pedir en checo; todos nos reímos (su acento era mejor que el mío) y hasta el camarero se unió a la broma.
En la tercera parada ya había perdido la cuenta de cuántos estilos habíamos probado — ¿seis? ¿más? Cada lugar tenía su propia onda: uno ruidoso y luminoso, otro casi a la luz de las velas con viejos jugando a las cartas en un rincón. Nada turístico; nadie nos apuró ni nos miró raro por hacer preguntas. Pavel explicó cómo hacer cerveza en casa (yo sigo sin convencerme de que no volaría mi cocina). Al salir a la fresca noche de Praga, me di cuenta de que la cerveza checa es mucho más que lo que venden en los supermercados. Aún pienso en ese queso marinado de vez en cuando.
Pruebas al menos seis tipos diferentes de cervezas artesanales checas, entre ales y lagers.
Sí, incluye tres snacks típicos de pub checo: queso marinado, salchicha y crema de grasa de cerdo.
Sí, está pensado para cualquiera que quiera conocer la cultura cervecera checa, no solo para expertos.
El tour se centra en sitios no turísticos donde los locales disfrutan de cerveza artesanal.
El grupo es pequeño, con un máximo de 14 personas por tour.
Incluye vehículo con aire acondicionado para moverse entre los lugares si es necesario.
Tu noche incluye degustaciones guiadas en tres pubs de Praga (incluyendo una microcervecería en funcionamiento), al menos seis tipos de cerveza artesanal checa acompañadas de snacks clásicos como queso marinado y salchicha, además de un guía local experto que acompaña a tu grupo pequeño durante toda la experiencia.
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