Recorre la Ciudad Vieja y el Barrio Judío de Praga con un guía local que da vida a calles centenarias con historias y detalles que pasarías por alto solo. Disfruta momentos frente al Reloj Astronómico, reflexiona en el antiguo cementerio y recibe consejos exclusivos, todo en solo 2.5 horas.
Casi pierdo al guía en el Rudolfinum porque me distraje con un músico callejero tocando—¿qué era? Quizá Smetana. De todas formas, justo a tiempo vi las sombrillas blancas y verdes. Nuestro grupo era pequeño, lo que me gustó. Jana, nuestra guía, tenía esa habilidad de señalar detalles que uno nunca nota solo—como que la gente toca la estatua de Jan Hus para tener suerte, pero solo en días de exámenes. Se rió cuando alguien preguntó si realmente funciona. “A veces,” dijo encogiéndose de hombros.
La Plaza de la Ciudad Vieja estaba llena, pero de alguna forma seguía sintiéndose espaciosa—quizá por cómo la luz da en esos edificios pastel al atardecer. Al llegar al Reloj Astronómico, todos esperaban la hora en punto. Confieso que esperaba algo más espectacular que las pequeñas figuras de madera que salen, pero hay algo especial en estar ahí con gente de todo el mundo, todos mirando un reloj que se construyó antes de que existiera América. Se olía un leve aroma a frutos secos tostados de un carrito cercano; aún puedo imaginar ese momento.
Recorrimos callejuelas estrechas pasando por la Iglesia de Týn (las torres se ven aún más afiladas de cerca), luego hasta la Universidad Carolina, donde Jana nos contó que Kafka estudió—lo llamó “nuestro hijo más complicado.” El Barrio Judío se sentía más tranquilo; hasta el aire cambiaba cerca del antiguo cementerio, húmedo y terroso bajo los árboles. La Sinagoga Española brillaba dorada por dentro, algo que no esperaba. Alguien del grupo intentó pronunciar “Španělská synagoga” y la verdad la destrozó—Jana sonrió y dijo que había escuchado peores.
Me fui con una lista de lugares para comer (Jana recomienda el Café Louvre para el pastel), pero lo que realmente me quedó fue la sensación de que aquí la historia está… como en capas. Como si caminaras sobre historias que no ves a menos que alguien te muestre dónde mirar.
El recorrido dura aproximadamente 2 horas y 30 minutos.
El punto de encuentro es en las escaleras del Rudolfinum, en el centro de Praga.
Sí, todas las zonas son accesibles para sillas de ruedas y se permiten cochecitos.
Verás la Plaza de la Ciudad Vieja, el Reloj Astronómico, la Iglesia de Týn, la Universidad Carolina, la Sinagoga Española y más.
Sí, un guía oficial certificado acompaña al grupo durante todo el recorrido.
No, no se necesitan entradas ya que todos los puntos se visitan desde el exterior en este tour a pie.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecitos durante el recorrido.
Sí, hay opciones de transporte público cerca tanto del inicio como del final del tour.
Tu tarde incluye una caminata guiada de 2 horas y 30 minutos por la Ciudad Vieja y el Barrio Judío de Praga, con un guía oficial certificado que comparte historias en cada parada. El tour comienza en el Rudolfinum, un punto fácil para encontrar a tu grupo antes de empezar.
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