Recorre el Centro Histórico y el Barrio Judío de Praga con un guía oficial que da vida a siglos de historias en lugares como el Reloj Astronómico y la Sinagoga Pinkas. Escucharás leyendas, verás fachadas marcadas por balas y te detendrás en memoriales que te harán reflexionar mucho después de irte.
Confieso que no esperaba sentir escalofríos solo por estar frente al Reloj Astronómico. Nuestra guía, Jana, empezó a contarnos cómo la gente se reunía aquí cada hora, no solo por el espectáculo, sino para enterarse de los chismes y las noticias. Ese día las campanas sonaban algo apagadas (¿sería por la lluvia?), pero casi podía imaginarme a las multitudes medievales estirando el cuello. Alguien cerca vendía trdelník y el aroma a canela flotaba en el aire. Pensé: así debía sentirse el tiempo antes de los móviles.
Recorrimos la Plaza de la Ciudad Vieja, esquivando a un grupo de adolescentes en patinete y a una pareja discutiendo en italiano. Jana nos mostró agujeros de bala que aún se ven en algunas fachadas — dijo que son de 1945. Es increíble cuánta historia cabe en estas calles estrechas. Al llegar a Josefov, el Barrio Judío, todo se sentía más tranquilo. Incluso el aire era distinto — menos olor a coches, más a piedra antigua y hojas mojadas. Nos contó leyendas del Golem y nos enseñó dónde Mordechai Maisel construyó su sinagoga (definitivamente pronuncié “Maiselova” fatal — Jana se rió con razón).
La Sinagoga Española parecía de otro mundo con todos esos detalles dorados contra el cielo gris. No entramos a las sinagogas ni al cementerio (todo el tour es por fuera), pero sinceramente, verlos desde la calle mientras Jana contaba sus historias me hizo sentirlos más vivos que si hubiera ido solo. Después pasamos por la Calle París — tiendas de lujo imposibles para mi bolsillo — pero me encantó ver a los locales paseando a sus perros por esas aceras anchas.
Aún recuerdo ese instante junto al muro de la Sinagoga Pinkas, donde están inscritos los nombres de las víctimas del Holocausto. Aunque lloviznaba, nadie nos apuró. Se hizo un silencio en el grupo; ese momento en el que sabes que todos están pensando lo mismo. Luego dimos la vuelta por el Rudolfinum (no sabía que Dvořák dirigió allí) antes de separarnos para buscar un café calentito. Dos horas pasaron volando, pero la experiencia se me quedó grabada mucho más tiempo.
El recorrido dura aproximadamente 2 horas.
No, todas las paradas son exteriores; no se ingresa a ningún monumento.
Sí, todas las zonas y superficies del recorrido son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, bebés y niños pequeños pueden unirse en carrito o cochecito.
El tour inicia en la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga, junto al Reloj Astronómico.
Sí, hay opciones de transporte público muy cerca del punto de encuentro.
Verás la Plaza de la Ciudad Vieja, el Reloj Astronómico, Rudolfinum, Calle París, varias sinagogas como la Española y la de Maisel, además del Antiguo Cementerio Judío (todo desde fuera).
Tu día incluye un recorrido guiado de dos horas con un guía oficial por el Centro Histórico y el Barrio Judío de Praga; todas las paradas son exteriores, así que no necesitas entradas; todo el trayecto es accesible para sillas de ruedas; las familias con cochecitos son bienvenidas; y terminarás cerca del transporte público para continuar tu día o tomar un café cerca.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?