Sumérgete en los ritmos vibrantes de San Juan con una clase de salsa al aire libre, guiada por una bailarina local—sin pareja ni experiencia previa. Aprende los pasos básicos en pleno centro, cambia de pareja si quieres y disfruta la música que llega desde los bares cercanos. Al final, estarás listo para la pista o simplemente para sonreír recordando la experiencia.
Lo primero que me llamó la atención fue el sonido — la música salsa saliendo de un bar justo al otro lado de la calle, mezclándose con las voces de la gente en el parque. Nuestra instructora, Marisol, nos llamó con una sonrisa enorme y, la verdad, sentí un poco de nervios. La mayoría de los días tengo dos pies izquierdos. Ella nos dijo que no nos preocupáramos, “Aquí todos bailan,” y así, empezamos a mover las caderas (o al menos a intentarlo). El suelo todavía estaba tibio por el sol de la tarde y olía a plátanos fritos por algún lado — me dio hambre, pero sobre todo, me hizo sentir que estaba en Puerto Rico de verdad.
No tenía pareja para bailar, pero no importó en absoluto; Marisol nos fue cambiando de pareja cada pocos minutos para que nadie se sintiera incómodo. Nos explicó los pasos básicos de salsa — rápido-rápido-lento — y marcaba el ritmo con las palmas hasta que hasta yo empecé a pillarlo. En un momento se rió cuando giré para el lado equivocado (dos veces), pero luego me mostró cómo corregirlo sin hacerme sentir tonto. Había una pareja mayor a mi lado que ya había hecho esto antes; animaban a todos, y eso ayudó más de lo que esperaba.
Al final de la hora, el sudor me corría por la espalda pero no podía dejar de sonreír. Es increíble lo rápido que pasas de sentirte inseguro a disfrutar cuando todos están ahí solo para pasarla bien. Algunos se fueron a cenar después — hay restaurantes por todos lados — y Marisol nos sugirió probar nuestros nuevos pasos más tarde en un bar local. No sé si alguna vez voy a verme bien bailando, pero ahora cuando escucho salsa en San Juan, siento que es diferente. Como si de alguna forma, aquí también tuviera un lugar.
No, no necesitas pareja—los bailarines solos son bienvenidos y las parejas se van rotando durante la clase.
La clase es al aire libre en un parque céntrico, a poca distancia de bares y restaurantes.
Sí, está diseñada para principiantes pero abierta a todos los niveles.
La clase dura una hora.
Sí, el precio incluye todas las tasas y cargos.
Sí, todas las áreas y superficies son accesibles para sillas de ruedas y cochecitos.
Pueden asistir bebés y niños pequeños; los cochecitos están permitidos.
Sí, los animales de servicio están permitidos en esta actividad.
Tu experiencia incluye una clase de salsa al aire libre de una hora en el centro de San Juan con una instructora profesional local; todas las tasas están incluidas para que solo tengas que presentarte listo para bailar—sin necesidad de pareja y con accesibilidad total para todos.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?