Conducirás un coche descapotable por la dramática costa portuguesa, estarás en el extremo occidental de Europa, brindarás con cava rosado y fresas frescas en la Playa de Guincho, y disfrutarás de un atardecer que no olvidarás pronto.
Lo primero que noté fue la brisa salada del Atlántico mientras recorríamos esas sinuosas carreteras costeras—con la capota bajada y el cabello al viento. Nuestro guía, João, conocía cada curva entre las verdes colinas de Sintra y el mar. Señaló pequeños barcos de pesca que se mecían allá abajo y explicó que Cabo da Roca se encuentra a 38º 47´ norte y 9º 30´ oeste—el punto más occidental de la Europa continental. Allí, a unos 150 metros sobre las olas rompientes, se siente una inmensa sensación de libertad. Hay un pequeño marcador de piedra para las fotos y, si quieres una prueba de que estuviste en el punto más al oeste de Europa, en el centro de visitantes te imprimen un certificado.
Hicimos una parada en una cafetería situada justo sobre las dunas—no recuerdo el nombre, pero su galão (café con leche) fue justo lo que necesitaba después del viento. La vista desde allí es impresionante: dunas que se extienden hacia el mar por un lado, y las montañas de Sintra desvaneciéndose en el crepúsculo por el otro. Cuando el sol empieza a ocultarse, el frío se siente rápido, así que lleva una chaqueta. Tras el café, caminamos por la arena suave hasta la Praia Grande do Guincho. Es enorme—una playa abierta con aguas cristalinas y surfistas atrapando las últimas olas antes de que caiga la noche. Nuestro guía dispuso fresas y sirvió cava rosado justo en la arena. Los únicos sonidos eran las gaviotas y risas lejanas de un grupo de locales terminando su día. Ver el cielo tornarse naranja sobre Guincho fue como si el tiempo se detuviera para nosotros.
Este tour está pensado para dos personas, pero es apto para cualquiera—¡las familias también son bienvenidas! Solo avísanos el tamaño de tu grupo al reservar.
Por la tarde puede hacer viento y fresco cerca de Cabo da Roca y la Playa de Guincho—lleva una chaqueta ligera o un suéter. Lo mejor es calzado cómodo para caminar por las dunas.
Sí, hay opciones de transporte público cerca si no vas a conducir tú mismo.
Te servirán fresas frescas y cava rosado directamente en la Playa de Guincho, además de café o té en una cafetería local con vistas a las dunas. Solo necesitas traer tu espíritu aventurero—¡y quizás una cámara!
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?