Te recogen en Lisboa y te llevan a descubrir los palacios, jardines secretos y costas impresionantes de Sintra, todo con un guía local que conoce cada atajo y historia. Prueba dulces típicos, pisa el límite de Europa en Cabo da Roca, explora las playas de Cascais y toca huellas de dinosaurios que pocos visitantes ven.
Empezamos el día con un cómodo recogida en nuestro hotel en Lisboa, sin tener que preocuparnos por trenes o autobuses. Nuestro guía, João, nos esperaba con una furgoneta muy cómoda (con Wi-Fi a bordo, perfecto para compartir fotos). El viaje hasta Sintra se hizo corto; la niebla cubría las colinas y el aroma a eucalipto nos acompañaba mientras serpenteábamos por caminos entre el bosque. João nos señaló unas viejas vías de tranvía que, por lo visto, aún funcionan los fines de semana si te interesa.
El Palacio da Pena parecía sacado de un cuento. Decidimos dedicar más tiempo a pasear por sus jardines, casi 200 acres de senderos y arroyos escondidos. Había árboles de Japón y Australia mezclados con robles portugueses. Me tomé un pastel de nata en la cafetería del palacio mientras veía las nubes flotar debajo de nosotros. Si quieres entrar al palacio, João puede ayudarte a saltarte algunas colas (créeme, se llena después de las 10 de la mañana).
Luego visitamos la Quinta da Regaleira. Sus jardines son un mundo aparte: cuevas, túneles secretos y torres diminutas por todos lados. El Pozo Iniciático es inquietante pero fascinante; bajar por esas escaleras en espiral es como entrar en otro universo. João nos explicó todos los símbolos masónicos tallados en las piedras, realmente sabe mucho del tema.
Almorzamos en el centro histórico de Sintra en un lugar que nos recomendó João (yo probé pulpo a la parrilla y mi amigo bacalao). Probamos queijadas y ginjinha en una panadería pequeñita donde la dueña nos contó las recetas de su familia. El pueblo está lleno de tienditas con bolsos de corcho y cerámicas; es fácil perder la noción del tiempo aquí.
Después del almuerzo pasamos por el Palacio de Monserrate, un lugar más tranquilo con arcos moriscos y jardines botánicos impresionantes. Luego fuimos a Cabo da Roca, el punto más occidental de Europa. ¡El viento allí es brutal! Desde arriba se ven las olas rompiendo a lo lejos y ese aire salado se queda contigo.
La siguiente parada fue Cascais, un pueblo costero que combina elegancia y tranquilidad. Paseamos por la marina, donde los pescadores arreglaban redes junto a yates modernos. En Boca do Inferno, las olas golpeaban con fuerza una enorme cueva y el eco retumbaba por los acantilados cuando llegaba el oleaje.
¿La sorpresa del día? ¡Huellas de dinosaurios en la playa cerca de Cascais! João sabía exactamente dónde encontrarlas: enormes marcas impresas en la piedra, con más de 70 millones de años. Es alucinante pensar en qué criaturas caminaron por estas costas mucho antes que nosotros.
¡Por supuesto! El tour es flexible; hemos tenido familias con cochecitos y hasta abuelos que lo disfrutan sin problema. Además, hay muchas paradas para picar algo o ir al baño.
¡Claro! Tú decides cuánto tiempo pasar en cada lugar o si prefieres saltarte alguno. Solo avisa a tu guía el mismo día y se adapta a tus gustos.
No, las entradas no están incluidas para que puedas elegir qué quieres visitar, pero tu guía te ayudará a conseguir los tickets rápido para evitar colas.
Te recomiendo zapatos cómodos (hay bastante que caminar), una chaqueta ligera (en Sintra puede refrescar incluso en verano), protector solar para Cabo da Roca y Cascais, y algo de efectivo para tiendas o panaderías pequeñas.
Tu propia furgoneta privada con Wi-Fi y aire acondicionado; guía local amable y conductor; recogida y regreso donde prefieras en Lisboa; degustación de dulces y bebidas regionales; horario flexible para que marques el ritmo. También hay opciones accesibles para silla de ruedas.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?