Si quieres descubrir Sintra y Cascais con estilo y probar vinos portugueses únicos, este tour privado en convertible es para ti. Guías locales, rincones secretos y sabores auténticos que lo hacen especial.
Justo después de que nuestro guía nos recogiera en el apartamento de Lisboa, salimos a la carretera en un convertible brillante con la capota bajada—una sensación de película. El aire salado nos acariciaba mientras conducíamos por la costa, y se podía ver claramente dónde el río Tajo se une al Atlántico. Hay un punto donde el agua cambia de color, y si tienes suerte, verás pescadores lanzando sus redes desde las rocas. Miguel, nuestro guía, nos señaló un pequeño café cerca del Mercado de Campo de Ourique donde los locales se toman su bica matutina—qué pena no haber parado.
Paseamos por Cascais, que aún conserva ese encanto de pueblo pesquero aunque ahora está bastante animado. La marina estaba llena de barcos y en una esquina había una panadería vendiendo pastéis de nata calentitos. El tiempo libre nos permitió perdernos por sus calles estrechas, ver a los surfistas cargando sus tablas hacia la playa y escuchar a las gaviotas peleando por las migas. A media mañana el sol ya calentaba, así que aprovechamos cada sombra que encontrábamos.
Al atravesar el Parque Natural de Sintra-Cascais, paramos en una playa que no conocía—ventosa, con kitesurfistas surfeando las olas y el aroma a sardinas a la parrilla que venía de una chiringuito cercano. En Cabo da Roca el viento sopla fuerte; puedes estar justo en el borde de Europa y no ver más que mar y cielo. Hay un hito de piedra y, si te fijas bien, verás flores silvestres aferradas a los acantilados.
Lo mejor del día fue la bodega de Colares. Es la más antigua de Portugal, escondida tras muros de piedra y dirigida por gente que sabe mucho de vino. Probamos dos vinos DOC Colares y un Ramisco de 15 años—con un toque terroso y casi salado por el aire del mar. El enólogo nos explicó cómo sus viñas crecen en suelo arenoso, algo muy raro. En la bodega se siente el frescor, incluso en un día caluroso.
Almorzamos en el centro histórico de Sintra—Patrimonio de la Humanidad, con sus edificios pastel y calles empedradas. Nuestro guía nos recomendó un sitio para pulpo a la parrilla (no recuerdo el nombre, pero tenía azulejos azules por todas partes). Luego elegimos qué palacio visitar según cuál estaba menos lleno—Miguel miraba su móvil para evitar colas. A última hora de la tarde ya estábamos de vuelta en Lisboa, cansados pero felices.
Por supuesto. El enólogo lo explica todo de forma sencilla y puedes disfrutar la cata sin necesidad de conocimientos previos.
Sí, ofrecemos recogida y regreso desde hoteles, Airbnbs o puntos de encuentro en Lisboa o Cascais.
Sí, hay varios restaurantes con platos vegetarianos; tu guía te recomendará los mejores en el centro histórico.
Ropa cómoda y por capas, porque Sintra suele ser más fresca que Lisboa, especialmente cerca de la costa. Gafas de sol y protector solar también vienen bien.
El tour incluye transporte privado en convertible con guía local, agua embotellada, entrada y cata en Adega Cooperativa de Colares (tres vinos) y recogida/devolución en Lisboa o Cascais. El almuerzo no está incluido, pero el guía te ayudará a elegir buenos sitios locales.
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