Sentirás la magia de Sintra recorriendo palacios y jardines con un guía local, respirarás el aire salado en los acantilados de Cabo da Roca y te relajarás con el encanto costero de Cascais—todo con recogida fácil en tu hotel de Lisboa. Prepárate para historias, risas y quizás un poco de arena en los zapatos al atardecer.
Lo primero que recuerdo es la niebla que se enroscaba entre los tejados de Sintra mientras subíamos la colina—nuestro conductor, Pedro, tarareando un fado antiguo en la radio. Había visto fotos del Palacio de Pena antes, pero nada te prepara para esos colores brillando entre los árboles. Desde lejos parecía un castillo de juguete. Bajamos de la furgoneta y Pedro sonrió: “Por dentro es aún más extraño.” Tenía razón. Las baldosas estaban frescas al tacto y se sentía un leve olor a piedra mojada—¿quizá por la lluvia de anoche? Me quedaba atrás porque cada ventana ofrecía una vista diferente. En un momento, una pareja mayor del grupo empezó a discutir qué rey vivió aquí (aún no lo sé), y Pedro se rió contándonos sobre los picnics reales que se hacían en estos jardines.
Después de Sintra, bajamos en zigzag hacia Cabo da Roca—el punto más occidental de Europa. Viento por todos lados, sabor a sal en los labios. Había gente haciendo fotos junto al gran monolito, pero yo me quedé un rato solo mirando cómo las olas golpeaban los acantilados. Es un ruido que despeja la mente. Alguien preguntó si siempre se siente tan salvaje; Pedro se encogió de hombros y dijo “casi siempre,” y señaló cómo los marineros solían temer este lugar. Intenté imaginar partir hacia ese mar infinito guiado solo por las estrellas—no, gracias.
Luego llegó Cascais—un antiguo pueblo pesquero convertido en destino de playa con casas de colores pastel y cafés que se desparraman sobre las calles empedradas. Paseamos un rato, tomamos un café (esas tazas pequeñas que calientan las manos) y escuchamos a las gaviotas peleando por las migas. De regreso por Estoril, Pedro mencionó que aquí se escondían espías durante la Segunda Guerra Mundial. No sé si bromeaba, pero me hizo ver esos hoteles antiguos con otros ojos. Para entonces mis zapatos estaban llenos de arena y estaba cansado, pero de ese cansancio bueno que te da haber visto tanta belleza en un solo día.
La excursión dura todo el día, con recogida por la mañana y regreso por la tarde a Lisboa.
Sí, la recogida y regreso al hotel en Lisboa están incluidos.
Sí, hay visita guiada dentro del Palacio de Pena y sus jardines si lo solicitas.
Visita al pueblo de Sintra, Palacio de Pena, Cabo da Roca, Cascais y paso por Estoril.
No, no incluye almuerzo; tendrás tiempo libre para comer en Cascais o Sintra.
El grupo máximo es de 8 personas por reserva; mínimo 3 personas.
Sí, se pueden solicitar asientos especiales para bebés.
Se recomienda un nivel moderado de forma física por las caminatas en sitios como el Palacio de Pena.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Lisboa, viaje en vehículo con aire acondicionado y combustible incluido, además de historias (y quizás algún chiste) de tu conductor-guía multilingüe mientras exploras el pueblo de Sintra, entras al Palacio de Pena si quieres, haces una parada en Cabo da Roca para fotos o para sentir el viento en la cara, paseas por las calles de Cascais y pasas por el histórico Estoril antes de volver.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?