Disfruta de la noche de Porto guiado por un local, compartiendo petiscos y bebidas en cinco bares auténticos del barrio. Risas, nuevos amigos, buñuelos de bacalao que querrás repetir y historias que no se traducen — todo en una noche que no olvidarás.
¿Conoces ese momento en que no sabes si tienes hambre o simplemente quieres salir a la ciudad? Pues ahí estaba yo cuando nos metimos en un bar pequeño, escondido en una calle concurrida de Porto — ese tipo de lugar donde las mesas cojean y el dueño saluda a nuestra guía como si se conocieran de toda la vida. El aroma dentro era puro chorizo a la parrilla y algo picante que no supe identificar. Marta, nuestra guía, nos fue pasando platitos con chouriço y sirviendo vino verde, que burbujeaba justo lo suficiente para hacer cosquillas en la nariz. Intenté decir “obrigado” bien, pero el camarero solo sonrió — seguro ha escuchado cosas peores.
Recorrimos callejones que parecían más antiguos que todo lo que conozco, parando en cinco sitios diferentes (la verdad perdí la cuenta después del tercer vaso de vino). Cada lugar tenía su encanto — uno con buñuelos de bacalao tan ligeros que casi flotaban, otro donde un señor tocaba fado bajito en un rincón. Marta nos explicó que aquí a estos bocados los llaman “petiscos,” no tapas (se le notó que no le gusta esa palabra), y todavía sueño con esas pequeñas delicias, especialmente esa cremosa cosa de bacalao. A veces el ruido era mucho, pero de la mejor manera — risas rebotando en las paredes de azulejos y todos apretados para dejar espacio a más platos.
No esperaba acabar hablando de fútbol con dos chicos en la última parada (mi portugués es básicamente gestos), pero ahí estábamos, con copas de oporto tawny en mano. Para entonces ya no me importaba si parecía turista o no. La vuelta pasando por el Centro Portugués de Fotografía fue tranquila, solo se oían mis pasos sobre los adoquines — curioso lo lleno y feliz que te puedes sentir después de una noche así. Todavía no sé qué eran la mitad de esas salsas, pero supongo que eso es parte del encanto.
El tour visita cinco bares o restaurantes tradicionales en Porto.
Sí, durante todo el tour se incluyen cerveza y vino.
Probarás entre 10 y 12 petiscos diferentes, como embutidos portugueses y especialidades de bacalao.
El contenido no especifica opciones vegetarianas; consulta directamente con el operador para más detalles.
No se menciona recogida en hotel; hay opciones de transporte público cerca.
La duración exacta no está especificada en el contenido de referencia.
Sí, los bebés pueden ir en cochecito o en brazos de un adulto.
El recorrido pasa por lugares culturales como el Centro Portugués de Fotografía.
Tu noche incluye entre 10 y 12 petiscos (que en conjunto equivalen a una comida completa), mucha cerveza y vino local, todo acompañado por una guía que conoce estos bares al detalle. No tendrás que preocuparte por pedir o dividir cuentas — solo llega con hambre y listo para disfrutar de cada parada antes de volver a casa satisfecho.
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