Juega en un circuito de 18 hoyos creativos rodeados de arte local y luces de neón que cambian. Prueba el billar o el hockey de aire entre partidas, relájate con una bebida en el bar y comparte historias con viajeros o locales—todo el equipo incluido. Es divertido, social y sorprendentemente memorable.
No esperaba reírme tanto jugando mini golf en Porto, pero ahí estábamos—yo, Ana y dos chicos de Lisboa que se unieron a última hora. El lugar está escondido cerca del centro (fácil de llegar en tranvía) y al entrar parece mitad galería de arte, mitad parque de juegos. Hay una mezcla de luz natural que entra en algunos hoyos y de repente todo cambia a neón UV, haciendo que tu camiseta brille raro y las bolas parezcan planetas. No sé si era la luz o la música, pero el tiempo se sentía un poco difuso allí dentro.
El circuito no es solo para expertos—Ana no paraba de decir que nunca había jugado, pero de alguna forma nos ganó a todos en el hoyo más difícil (ella dice que fue suerte). Nuestras tarjetas se mancharon porque alguien derramó su bebida (no diré nombres), pero a nadie le importó mucho. Un chico del staff—Miguel, creo—nos enseñó a usar los palos, aunque yo luego improvisé. Entre partidas puedes pedir algo en el bar; huele a café y a algo dulce que no supe identificar. También hay mesas de billar y hockey de aire para descansar del golf. El ambiente es muy relajado, ven como quieras.
Sigo pensando en ese momento bajo las luces de neón cuando todos intentamos pronunciar “minigolfe” como locales—Miguel se rió tanto que casi se le cae la bandeja. El ambiente es tranquilo: nadie te apura, la gente charla en portugués o inglés en voz baja. Nos quedamos más tiempo del planeado porque empezó a llover afuera, pero ¿sabes qué? No nos importó nada.
Sí, el circuito está pensado para novatos y jugadores con experiencia.
No, las bebidas se compran en el bar y no están incluidas.
Sí, varios hoyos cuentan con luces UV neón para un efecto único.
Sí, hay opciones de transporte público muy cerca del lugar.
Sí, los animales de servicio están permitidos durante la visita.
Es apta para todos los niveles físicos, excepto para quienes tengan problemas cardiovasculares graves.
El circuito tiene 18 hoyos con elementos y arte originales.
Tu visita incluye palo de golf, bola y tarjeta de puntuación para que empieces a jugar sin preocuparte por traer nada más—el resto depende de tu puntería (o suerte) mientras disfrutas cada hoyo creativo dentro del local y sales cuando quieras.
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