Recorrerás los grandes bulevares y mercados de Lisboa antes de lanzarte directo al río Tajo, sin cambiar de asiento. Disfruta de historias en vivo con tu guía local, vistas cercanas a la Torre de Belém y el Monumento a los Descubrimientos, y esa sensación única de ser turista y niño otra vez durante 90 minutos.
Lo primero que me llamó la atención fue el eco raro de nuestras risas rebotando en el techo metálico mientras subíamos a este autobús anfibio; parecía sacado de un dibujo animado. Nos apretujamos junto a una familia de Oporto (su niño no dejaba de mirar mi cuaderno), y nuestra guía, Joana, sonrió y nos saludó mientras arrancábamos por la Avenida da Liberdade. Señaló los viejos plátanos y esas tiendas elegantes que nunca podría permitirme—siempre hay alguien paseando a su perrito, incluso en mañanas grises como la nuestra.
No esperaba sentir nervios al acercarnos al río, pero Joana hizo todo un espectáculo contando regresivamente antes de que nos lanzáramos al agua. El río golpeó los lados y de repente todo se volvió más apagado—solo gaviotas volando y ese zumbido del motor diesel. El Monumento a los Descubrimientos se veía aún más imponente desde abajo, con todas esas caras de piedra mirando al Tajo. Joana nos contó cómo la Torre de Belém protegía a los exploradores rumbo a la India; preguntó si alguien sabía qué significa “saudade”, y Li se rió cuando intenté decirlo en portugués (lo pronuncié fatal). El aire olía a sal y frío—mis manos seguían pegajosas por un pastel de nata que había comprado en el Mercado de Campo de Ourique antes de empezar.
Son solo 90 minutos pero parecieron más—y para bien. Ves Lisboa desde un ángulo raro, esquivando el tráfico y luego flotando junto a corredores en el paseo. Hubo un momento de silencio donde todos miramos el sol reflejándose en el agua cerca de la Fundación Champalimaud; nadie dijo nada y eso me quedó grabado más que todas las bromas de Joana. Cuando finalmente volvimos a tierra, mis zapatos seguían secos (de alguna forma), pero mi cabeza estaba llena de imágenes—azulejos azules pasando rápido, viejos saludando desde los balcones. Si buscas algo que te haga sonreír sin razón… esto es.
El recorrido dura aproximadamente 90 minutos.
Sí, hay comentarios en vivo a bordo en portugués e inglés.
Pasarás por la Avenida da Liberdade, la Praça do Marquês de Pombal, el Monumento a los Descubrimientos, la Torre de Belém, el Mercado de Campo de Ourique y la Fundación Champalimaud.
No incluye recogida en hotel; hay opciones de transporte público cerca.
No se permite el acceso a niños menores de 2 años; todos deben ir acompañados por un adulto.
Los pasajeros deben subir por sus propios medios; hay asientos especiales para bebés, pero la accesibilidad puede ser limitada.
No, permanecerás seco dentro del vehículo tanto en tierra como en el agua.
Tu entrada incluye una aventura guiada de 90 minutos por Lisboa en tierra y agua a bordo de un vehículo anfibio, con comentarios en vivo en portugués o inglés durante todo el recorrido.
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