Deslízate por Lisboa al atardecer en un barco histórico con música en vivo y una bebida de bienvenida. Disfruta de vistas a la Torre de Belém y Alfama desde el río mientras tu guía local comparte historias que solo los lisboetas conocen. Risas, luces de la ciudad y momentos que recordarás mucho después de atracar.
Subimos al Barco Évora justo cuando el sol comenzaba a esconderse tras el Puente 25 de Abril — se sentía esa hora dorada, con luz suave y un toque de sal en el aire. La cubierta ya vibraba con música tranquila (un fado antiguo mezclado con algo de jazz), y nuestro guía Rui me entregó un vaso frío de vino blanco antes de que pudiera sentarme. Sonrió y nos contó que este barco antes funcionaba con tanques reciclados de la Primera Guerra Mundial — no esperaba una clase de historia tan pronto, pero eso hizo que todo se sintiera más vivo.
El río estaba tranquilo, con solo unas pequeñas ondas bajo nosotros mientras deslizábamos frente a la Plaza del Comercio y luego los tejados de Alfama. Alguien señaló el Cristo Rey a lo lejos — parecía casi rosa en ese extraño crepúsculo lisboeta. Hubo un momento bajo el puente donde todo quedó en silencio salvo el agua golpeando el metal, y se podía oler sardinas a la parrilla que venían de algún lugar de la orilla (o tal vez lo imaginé — difícil saber). De todas formas, esa fue mi parte favorita.
Rui no dejaba de señalar detalles que jamás habría notado: cómo la Torre de Belém parece flotar desde ese ángulo, o por qué el Monasterio de los Jerónimos es mucho más blanco que todo lo que lo rodea. La gente se reía intentando pronunciar “Padrão dos Descobrimentos” — yo me rendí tras dos intentos, lo que me valió un codazo amistoso de una pareja mayor cercana. Las bebidas seguían llegando si querías (sobre todo cerveza o vino), pero yo preferí saborear despacio y ver cómo la ciudad cambiaba de color.
Sigo recordando ese último tramo de regreso hacia el MAAT — las luces encendiéndose a lo largo de la orilla, la música bajita que dejaba oír conversaciones suaves en portugués detrás de mí. Se sentía como si me hubieran dejado entrar en un secreto local, aunque había muchos turistas alrededor. No sé si fue el vino o simplemente Lisboa, pero salí con una sensación más ligera que cuando subí al barco.
Sí, durante el crucero por el río al atardecer en Lisboa hay música en vivo a bordo.
Tu entrada incluye una bebida de bienvenida (agua, refrescos, cerveza o vino blanco).
No, no incluye recogida en hotel; el embarque es junto al edificio LACS, cerca del restaurante OKAH.
Sí, este crucero al atardecer es accesible para sillas de ruedas.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en carrito o silla; hay asientos especiales para ellos.
Verás la Plaza del Comercio, el barrio de Alfama, el Cristo Rey, el Puente 25 de Abril, la Torre de Belém, el Padrão dos Descobrimentos, el Monasterio de los Jerónimos y más.
Sí, los animales de servicio están permitidos durante este tour.
La hora exacta puede variar; consulta tu confirmación de reserva para más detalles.
Tu noche incluye todos los impuestos y tasas desde el inicio, además de una bebida de bienvenida a elegir (agua, refrescos, cerveza o vino blanco) nada más subir. La música en vivo acompaña todo el recorrido mientras tu guía local cuenta historias de cada monumento sin costes extra ni sorpresas.
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