Sube a un barco pequeño en Lagos con un guía local que conoce cada cueva y arco de Ponta da Piedade. Risas, historias de pescadores, la brisa marina en la cara y vistas de playas escondidas que solo se ven desde el mar. Si tienes suerte, sentirás ese extraño silencio dentro de una gruta — se queda contigo mucho tiempo.
Creía que ya había visto playas antes, pero al alejarnos del puerto de Lagos, todo se sentía distinto: el aire tenía ese toque salado y nuestro patrón João sonreía como si supiera algo que nosotros no. Éramos unos ocho en el barco, todos entrecerrando los ojos ante el primer destello del sol sobre el agua. Alguien detrás de mí intentaba nombrar cada forma rocosa en portugués (yo me rendí tras dos), y João se reía mientras nos llevaba rumbo a Ponta da Piedade.
El mar estaba más tranquilo de lo que esperaba, casi como un espejo, pero aún podías escuchar cómo golpeaba esos acantilados amarillos tan salvajes. Nos metimos en pequeñas grutas que jamás habría notado desde tierra. João señaló un arco llamado “el Elefante”, aunque a mí me parecía más una tetera. El olor dentro de las cuevas es difícil de describir: piedra húmeda y algas, mezclado con un poco de protector solar de alguna mochila. Varias veces nos acercamos tanto que podías tocar las paredes (yo lo hice, aunque solo un instante: frías y rugosas). Fue entonces cuando João empezó a contar historias de pescadores que se refugiaban aquí durante las tormentas. No sé cuánto sería verdad, pero hizo que viera esas sombras con otros ojos.
Pasamos junto a Praia do Camilo y la playa de Dona Ana, ambas llenas de gente tomando el sol que nos saludaba al pasar. El silencio era extraño, solo roto por las gaviotas y el murmullo del motor bajo nuestros pies. El fuerte parecía diminuto desde el agua, casi perdido entre tanto roca dorada — tomé una foto, pero no logra captar lo inmenso que se siente todo estando ahí. En un momento João apagó el motor para que solo escucháramos el silencio; la verdad es que aún recuerdo esa calma de vez en cuando.
El tour dura aproximadamente 1 hora y 15 minutos.
Sí, tu guía local ofrece comentarios en vivo durante todo el recorrido.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden participar y viajar en cochecito o carrito.
El tour parte desde la Marina de Lagos.
Sí, los barcos cuentan con asientos acolchados y chalecos salvavidas automáticos para todos.
Podrás ver desde el mar Praia do Camilo y la playa de Dona Ana durante el paseo.
Sí, los grupos pueden dividirse en varios barcos que salen al mismo tiempo si es necesario.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de la Marina de Lagos.
Tu día incluye un asiento en un barco estable con asientos acolchados, chalecos salvavidas automáticos para seguridad y comodidad, además de comentarios en vivo de tu guía local mientras exploras cuevas y formaciones rocosas en la costa de Ponta da Piedade antes de regresar a la marina de Lagos.
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