Saldrás temprano de Faro en barco con un patrón local, buscando delfines en la costa atlántica antes de explorar la pequeña comunidad pesquera de la Isla do Farol y las playas vírgenes de la Isla Deserta. Siente cómo la Ría Formosa cambia con las mareas y observa aves marinas o incluso tortugas si tienes suerte—hay verdadera magia en esas aguas en movimiento.
“A veces aparecen justo bajo la proa — ¡pero no prometo nada!” sonrió nuestro patrón, Miguel, mientras zarparábamos de Faro justo después del amanecer. Tenía esa sonrisa curtida por el sol que solo da el mar. El barco avanzaba por los canales de la Ría Formosa, el aire salado mezclándose con el olor a aceite y café. No paraba de mirar al agua, con la esperanza de ver ya alguna aleta. Éramos solo seis: una pareja tranquila de Oporto, dos amigos de Francia y yo, agarrándome la cortavientos más fuerte de lo que quisiera admitir.
El Atlántico se sentía distinto al salir del refugio de la laguna. Más movido, más frío — hasta la luz parecía más intensa allá afuera. Miguel redujo la velocidad al ver aves dando vueltas en el horizonte. “Ahí es donde se alimentan,” dijo señalando. Y entonces — ¡delfines! No eran muchos, pero suficientes para que todos soltáramos un suspiro y buscáramos el móvil. Se movían rápido; apenas los pude captar en foto antes de que desaparecieran. La verdad, no me importaron tanto las fotos como ese pellizco de ver algo salvaje tan cerca.
Después volvimos a aguas más tranquilas para la primera parada en la Isla do Farol. Allí hay una pequeña comunidad — pescadores arreglando redes a mano, niños correteando en chanclas. Paseamos junto a casitas encaladas y alguien asando pescado (el olor llegó hasta nosotros; me dieron ganas de que incluyeran el almuerzo). Li se rió cuando intenté decir “bom dia” con mi acento — seguro lo hice un desastre. Luego llegó la Isla Deserta: arena amplia, casi vacía salvo por otro grupo lejano en la orilla. El agua tan clara que se veían los dedos moviéndose en la arena si te animabas a nadar (yo lo hice; frío, pero valió la pena).
De regreso a Faro, Miguel señaló cómo el paisaje había cambiado por completo — bancos de arena ahora visibles que antes estaban bajo el agua, aves buscando en los charcos que dejó la marea baja. El viaje de vuelta fue más tranquilo; quizá todos estábamos cansados o simplemente pensando en esos delfines que aparecieron de repente. Aún recuerdo la vista sobre la laguna al regresar — no sé por qué se me quedó grabada tanto.
El tour dura aproximadamente 4 horas y comienza a las 8:30 am desde Faro.
No, el avistamiento de delfines no está garantizado ya que depende de la naturaleza.
Se visitan la Isla do Farol y la Isla Deserta en la Ría Formosa.
No, el almuerzo no está incluido en esta excursión.
Sí, se incluyen máscaras de snorkel para usar durante las paradas en las islas.
No, la salida es desde la marina de Faro y no se menciona recogida en hotel.
Sí, niños a partir de 5 años pueden unirse, siempre acompañados por un adulto.
No, no se recomienda para embarazadas ni personas con lesiones en la columna.
Tu mañana incluye un paseo en barco con chalecos salvavidas proporcionados por tu patrón profesional desde la marina de Faro, avistamiento guiado de delfines en la costa atlántica, visitas a las islas Deserta y Farol en la Ría Formosa—con tiempo para nadar o hacer snorkel usando las máscaras incluidas—antes de regresar mientras las mareas transforman el paisaje a tu alrededor.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?