Si quieres aprender a surfear sin aglomeraciones y descubrir consejos locales de comida y playas secretas cerca de Lisboa, este es tu día. Entrenamiento amigable, todo el equipo incluido—solo trae tu curiosidad (y quizá ganas de mariscos).
Salitre en el aire, arena entre los dedos—justo al pisar la playa de Costa da Caparica, se olía el aroma de sardinas a la parrilla en un quiosco cercano mezclado con la brisa marina. Nuestro entrenador de surf, João, nos recibió en esta casa de playa relajada—nada lujoso, solo tablas apiladas junto a la puerta y trajes de neopreno colgados para secar. El sol ya calentaba la arena, pero aún se sentía ese fresco viento atlántico en la cara.
Nos pusimos los neoprenos (tenían de todas las tallas, incluso para mi amigo que es más alto que la mayoría de las puertas) y agarramos tablas que parecían casi demasiado grandes para cargar. João nos explicó lo básico—cómo ponerse de pie, dónde mirar, cómo evitar caer de cabeza—y luego nos lanzamos al agua. Admito que remar hacia afuera fue más difícil de lo que parece en YouTube. Pero después de varios intentos y algunas bromas entre amigos, logré coger una ola. No fue elegante, pero bueno—¡me mantuve de pie! Lo mejor de todo: a nadie le importaba caer; todos reían y volvían a intentarlo.
La sesión duró unas dos horas, pero la verdad el tiempo voló. Después, nos enjuagamos y João nos contó sus lugares favoritos del barrio—nos señaló un pequeño restaurante de mariscos escondido detrás de unas dunas (creo que se llamaba “O Barbas”—los locales lo adoran). También nos habló de un trenecito, el Transpraia, que recorre la costa si quieres visitar playas más tranquilas y alejadas de las multitudes. Terminamos almorzando allí: pescado a la parrilla tan fresco que se podía saborear el mar en cada bocado.
¡Por supuesto! Nuestro entrenador se asegura de que todos se sientan cómodos, incluso si es tu primera vez sobre una tabla.
¡Para nada! Nosotros proporcionamos todo el equipo que necesitarás para la clase.
¡Sí! Te recomendaremos excelentes restaurantes locales donde podrás probar pescado fresco y platos tradicionales.
Puedes llegar fácilmente en transporte público desde Lisboa—el autobús te deja cerca de la casa de playa.
Tu clase privada de surf incluye un entrenador dedicado solo para tu grupo, además de todo el equipo—tabla y neopreno listos para cuando llegues. Después de la clase, compartiremos nuestros rincones favoritos para comer y playas tranquilas para que aproveches al máximo tu día aquí.
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