Recorre los bosques de Madeira con guías expertos antes de descender cascadas haciendo cañonismo—saltando en piscinas cristalinas y deslizándote por toboganes naturales. Todo el equipo incluido (traje de neopreno, casco, arnés), además recogida en Funchal desde el Museo CR7 para empezar sin prisas. Risas, apoyo local y recuerdos que quedan mucho después de secarte.
“Tranquilo, te va a encantar el primer salto — no es tan alto como parece,” me dijo Pedro sonriendo mientras me pasaba el casco frente al Museo CR7 en Funchal. No estaba seguro de creerle, pero su risa era contagiosa y de alguna forma calmó un poco mis nervios. El viaje en furgoneta fuera de la ciudad fue corto, unos treinta minutos, y no paraba de asomarme por la ventana para ver las colinas verdes. El aire olía distinto allá arriba — hojas mojadas, algo dulce que venía del suelo del bosque.
Caminamos unos diez minutos hasta llegar a la entrada del cañón, con las botas hundiéndose un poco en raíces embarradas. Éramos un grupo pequeño — yo, una pareja alemana que no paraba de bromear sobre su “estilo cañonero”, y dos guías. Pedro nos enseñó a usar el arnés y las cuerdas; parecía sencillo con él, pero mis manos estaban torpes al principio. Cuando por fin me deslicé por ese primer tobogán natural (el corazón a mil), el agua fría me golpeó la espalda y solté un grito que hizo reír a todos. El agua era tan clara que se veían los dedos de los pies moviéndose bajo la superficie.
Saltando a esas piscinas… la verdad, dudé un momento. Pero Pedro solo asintió — sin presionar, con paciencia — así que me lancé. Hubo un instante de ingravidez antes de caer al agua que todavía recuerdo cuando cierro los ojos por la noche. Descendimos siete cascadas en total, cada una diferente — unas con roca lisa para agarrarse, otras cubiertas de musgo y resbaladizas. En un punto podíamos repetir los saltos tantas veces como quisiéramos; yo salté dos veces, ¿por qué no? Para entonces, el traje de neopreno ya pesaba, pero también me protegía, como una armadura contra mis propias dudas.
La vuelta fue corta y silenciosa — piernas cansadas, sonrisas grandes. Ya en Funchal, Pedro nos mostró algunas fotos que había tomado durante el recorrido (salgo ridículo justo en medio de un salto). No se trataba solo de adrenalina o del cañonismo en sí; fue como soltar todo por una mañana y confiar en gente que conoce cada piedra y corriente como la palma de su mano.
Sí, esta aventura de cañonismo en Madeira está pensada para principiantes sin experiencia previa.
El tour incluye recogida en el Museo CR7, en el centro de Funchal.
Se incluye traje de neopreno, casco, arnés, botas y calcetines de neopreno para todos los participantes.
La caminata para llegar al punto de inicio del cañón dura unos 10 minutos.
Sí, se incluyen fotos y videos profesionales para que revivas tu aventura más tarde.
No, no se incluyen comidas; solo equipo y traslados.
Descenderás siete cascadas usando técnicas de rápel durante este tour para principiantes.
Este tour de un día es ideal para familias o cualquiera que quiera iniciarse fácilmente en el cañonismo en Madeira.
Tu día incluye recogida en el Museo CR7 de Funchal, todo el equipo técnico—traje de neopreno, casco, arnés, botas con calcetines de neopreno—y la guía de expertos locales certificados. También recibirás fotos y videos profesionales de tu aventura de cañonismo en Madeira antes de regresar juntos a la ciudad.
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