Recorre en barco la costa salvaje del Algarve desde Armação de Pêra, pasando por playas vírgenes accesibles solo por mar y entrando en cuevas secretas con un capitán local que conoce cada rincón. Siente el aire salado en la cara al entrar en la Cueva de Benagil — ese silencio cuando la luz toca la arena dorada es algo que no olvidarás.
Para ser sincero, reservé el paseo en barco a las cuevas de Benagil desde Armação de Pêra principalmente por esas fotos que había visto en internet — ya sabes, esa cueva con la luz del sol entrando por el techo. Pero estando en la arena de Armação de Pêra, escuchando a los pescadores llamarse entre ellos y oliendo sardinas a la parrilla que venían de algún lugar detrás de mí, me di cuenta de que esta parte del Algarve tiene su propio ritmo. El capitán (Miguel — que, por cierto, creció aquí) sonrió mientras subíamos y repartía los chalecos salvavidas. Bromeó sobre que mis chanclas podrían salir volando si me sentaba muy cerca de la proa. Aun así, las mantuve puestas.
El agua estaba más tranquila de lo que esperaba, casi como un espejo, y deslizábamos junto a acantilados que parecían esculpidos con una cuchara gigante. Miguel señalaba pequeñas calas y playas — Praia da Marinha es tan cristalina como dicen — pero lo que más me quedó fue el silencio entre paradas. Solo el zumbido del motor y a veces alguna gaviota gritando en lo alto. En un momento pasamos junto a un pescador en un barquito pequeño que nos saludó como si nos conociera; ¿quizás sí? Parecía que todos en esta costa se conocen.
Cuando por fin llegamos a la Cueva de Benagil, Miguel bajó la velocidad para que pudiéramos disfrutarla bien. La luz entraba por ese gran agujero redondo en el techo y se reflejaba en la arena dentro — parecía irreal, de verdad. Hubo un momento en que nadie dijo nada (hasta los niños se quedaron en silencio), solo mirando cómo la luz se movía por las paredes de la cueva. De vuelta, alguien preguntó si se podía nadar desde la orilla hasta la cueva, pero Miguel negó con la cabeza — “Demasiado lejos,” dijo, “y hay corrientes.” Menos mal que él llevaba el timón.
La excursión guiada dura aproximadamente 1 hora por la costa.
No, no incluye recogida en hotel; el punto de encuentro es la playa de Armação de Pêra.
Sí, todos los pasajeros reciben chalecos salvavidas.
No, no se recomienda nadar por la distancia y las corrientes.
Sí, los niños pueden participar, pero los bebés deben ir en el regazo de un adulto.
Lleva calzado de playa como chanclas o sandalias; en invierno se proporcionan chaquetas impermeables y calientes.
Pasarás por más de 10 cuevas y unas 15 playas vírgenes durante la ruta.
Sí, un guía local experto ofrece explicaciones durante todo el recorrido.
Tu experiencia incluye todos los impuestos y tasas, chalecos salvavidas para seguridad, chaquetas impermeables y cálidas si hace frío, además de un capitán local experto que te guiará por cada cala y cueva antes de regresar a la playa de Armação de Pêra al terminar esta aventura de una hora.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?