Prueba los snacks callejeros de Lima, conoce a las tejedoras de Chinchero, observa cóndores sobre el Cañón del Colca, navega el Lago Titicaca con locales y sube a Machu Picchu al amanecer con un grupo pequeño y guía bilingüe. Este viaje es más que lugares: son momentos que se quedan contigo para siempre.
“¿Has probado la chicha morada?” Así nos rompió el hielo nuestro guía en Lima — un jugo de maíz morado, dulce y con un toque picante, y la verdad, aún no sé si me gustó o no. Paseamos por el centro histórico con sus edificios amarillentos y ese silencio especial dentro del Convento de Santo Domingo. En la biblioteca olía a papel viejo, como si mil historias estuvieran apretadas en cada rincón. En el Museo Larco, alguien a mi lado se reía con las cerámicas tan traviesas (ya verás a qué me refiero). Sentí que estábamos desvelando capas de Perú antes de siquiera salir de la capital.
Arequipa era puro blanco de sillar y volcanes que se alzaban al fondo — el Misti parecía dueño del lugar. Nuestra guía local, Lucía, creció aquí y nos mostró detalles que nunca habría notado: cómo la gente toca los arcos para atraer suerte o el aroma a eucalipto cerca de Carmen Alto. El camino hacia el Valle del Colca fue una aventura — el aire fino en el paso Patapampa (¡4,900 metros!) me dejó la cabeza como flotando. Vicuñas corrían con el viento seco; su lana vale más que el oro, dicen. El almuerzo supo aún mejor después de la altura — una sopa sencilla de quinoa que resultó perfecta.
La excursión al Lago Titicaca desde Puno empezó temprano; hacía tanto frío que el aliento se nos escapaba en nubecitas mientras esperábamos el bote. Los Uros nos recibieron en sus islas flotantes de totora — casi pierdo el equilibrio al bajar (a todos les pasa). Los niños se reían cuando intentamos hablar en aimara; seguro que lo hicimos fatal, pero no les importó. En la isla Taquile, almorzamos trucha recién pescada — ligera y fresca, acompañada de papas cultivadas en esas terrazas empinadas. El lugar estaba en calma, solo se rompía con risas de nuestro grupo o música que llegaba desde alguna colina.
Cusco me impactó de verdad: esas piedras gigantes en Sacsayhuamán encajan tan perfecto que no cabe ni una moneda. El mercado de San Pedro olía a frutas y choclo asado; compré una pulsera tejida a una señora mayor que me guiñó un ojo al darme el cambio. Al caer la tarde, caminando por la calle Hatun Rumiyoc, sentí la historia bajo mis pies. Y luego Machu Picchu… nada te prepara para verlo aparecer entre la neblina matutina tras el viaje en bus desde Ollantaytambo. Nuestro guía Marco nos dejó en silencio un momento antes de hablar.
Este tour dura 10 días e incluye Lima, Arequipa, Puno, Cusco y Machu Picchu.
Sí, incluye 9 noches en hoteles seleccionados.
Todos los tickets de entrada están incluidos en el precio.
Incluye traslados privados aeropuerto-hotel y traslados compartidos como estaciones de tren.
El tour es guiado en inglés y español por guías locales durante todo el recorrido.
Incluye desayuno diario y algunos almuerzos según el itinerario.
El tour es apto para todos los niveles, aunque incluye zonas de gran altitud.
Machu Picchu tiene nuevos circuitos para visitantes; se prioriza la ruta 2 pero pueden ofrecer alternativas según disponibilidad.
Tu viaje incluye recogida y traslado al aeropuerto, todas las entradas durante el recorrido (incluyendo Machu Picchu), tours compartidos con guías bilingües expertos en cada región, desayuno diario y varios almuerzos (como la trucha en la isla Taquile), alojamiento cómodo según categoría elegida, además de los boletos de tren entre Ollantaytambo y Machu Picchu — para que no tengas que preocuparte por la logística entre destinos.
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