Verás pingüinos en las Islas Ballestas, probarás vinos y pisco en una bodega familiar en Ica, y recorrerás las dunas de Huacachina en buggy en esta excursión privada desde Lima. Con almuerzo incluido y un guía local que comparte historias, vivirás momentos — como el atardecer sobre la arena infinita — que se quedan contigo mucho después de volver a casa.
Lo primero que noté fue el olor a sal en el aire — no solo una brisa, sino ese aroma intenso y salado que se siente cerca del mar. Apenas habíamos salido de Lima cuando nuestro guía, Diego, comenzó a contarnos historias sobre Paracas y las Islas Ballestas. Tenía ese don para señalar detalles que yo habría pasado por alto — como los pescadores saludando a los barcos cada mañana (yo intenté devolver el saludo; uno me sonrió). El paseo en bote fue más ruidoso de lo que esperaba, con gaviotas chillando arriba y todos estirando el cuello para ver a los pingüinos de Humboldt. Los lobos marinos se tumbaban en las rocas como si fueran los dueños del lugar. Es curioso cómo te relaja verlos, a pesar del bullicio y el clic de las cámaras.
No sabía mucho sobre el vino peruano antes de esta excursión desde Lima a Paracas e Ica. En la bodega, conocimos a la señora Rosa, que nos sirvió pequeños vasos de un tinto dulce y luego pisco, que picaba un poco al bajar (se rió cuando tosí — “es fuerte,” dijo). La viña olía a tierra, casi a polvo bajo el sol del mediodía. El almuerzo fue animado — familias charlando a la vez, platos tintineando — pero de alguna forma nos sentimos parte de ese momento por un rato. Brindamos con pisco; mi español no es perfecto, pero todos aplaudieron igual.
Huacachina parecía de otro mundo al principio — una laguna verdeazulada rodeada de dunas que parecían no tener fin. Niños vendían pulseras cerca del agua, y nuestro guía nos contó una leyenda local sobre una sirena (solo entendí la mitad porque un perro no paraba de ladrar). Luego llegaron los buggies: la verdad, pensé que me daría miedo, pero fue pura risa y arena en los dientes. El sandboard es más difícil de lo que parece; mi caída fue… digamos que inolvidable. El sol empezó a esconderse tras las dunas mientras regresábamos a Lima, todo dorado y en silencio por un momento. A veces todavía recuerdo esa vista.
Sí, la recogida está incluida desde cualquier hotel o dirección en Lima.
Sí, el almuerzo está incluido en el restaurante El Catador con bebidas.
Sí, hay opciones vegetarianas disponibles para el almuerzo.
El día completo es privado, excepto el paseo en bote a las Islas Ballestas, que puede ser compartido por razones de seguridad.
Paseo en buggies (vehículos tubulares), sandboard en las dunas, y tiempo para explorar y tomar fotos en el oasis.
El viaje de Lima a Paracas suele durar entre 3 y 4 horas, según el tráfico.
Sí, visitarás una bodega local para degustar vino y pisco en Ica.
Sí, los bebés pueden participar con asientos especiales o cochecitos; también se permiten animales de servicio.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Lima, todo el transporte en vehículo con aire acondicionado, tour guiado en yate a las Islas Ballestas (posible compartir), entradas para todas las actividades incluyendo buggies y sandboard en el oasis de Huacachina, almuerzo completo con bebidas (opciones vegetarianas disponibles), además de cata de vino y pisco en una bodega local antes de regresar por la tarde.
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