Comienza temprano con recogida en tu hotel en Cusco y viaja en un tren panorámico por valles montañosos hacia Machu Picchu. Camina por antiguos senderos de piedra con un guía local que comparte historias reales de los incas, y disfruta de momentos de tranquilidad entre las ruinas. Todo está organizado — transporte, entradas, incluso ese primer café si lo necesitas — solo tienes que mirar y dejar que la experiencia te envuelva.
Aún recuerdo lo tranquilo que estaba Cusco cuando salimos — casi no había luz en las calles, solo ese aire frío de montaña. La van nos recogió justo en el hotel (yo medio dormido, para ser sincero) y luego atravesamos valles serpenteantes rumbo a Ollantaytambo. Pensaba que el sol saldría antes, pero esperó hasta que llegamos a la estación de tren. Había una mezcla de viajeros somnolientos y lugareños vendiendo café caliente que olía a quemado, pero de forma reconfortante. Nuestra guía, Julia, repartió los boletos y se aseguró de que nadie se perdiera entre la gente.
El viaje en tren hacia Aguas Calientes me sorprendió mucho; no es solo llegar, es ver cómo cambia el paisaje por la ventana: colinas verdes que se vuelven acantilados, nubes que se deslizan como animales lentos. Julia señalaba pequeños pueblos y ruinas en el camino; hasta nos enseñó a decir “gracias” en quechua (aunque lo olvidé a los cinco minutos). Al bajarnos, Aguas Calientes se sentía húmedo y bullicioso — gente por todas partes, buses tocando la bocina, alguien asando maíz en una esquina. Seguimos a Julia entre la multitud para tomar el bus hacia Machu Picchu.
Había visto fotos de Machu Picchu antes, pero estar ahí es otra cosa — todo se siente más grande y silencioso de lo que imaginas. Las piedras están frías si las tocas temprano en la mañana. Julia nos guió por las zonas principales durante unas tres horas; contó historias de Pachacuti y nos mostró canales de agua que aún funcionan después de siglos. En un momento me quedé quieto mientras todos tomaban fotos — hay un silencio raro entre los grupos que pasa y te hace sentir que estás solo por un instante.
Después tuvimos tiempo libre para pasear o simplemente sentarnos en una terraza y contemplar esos picos verdes y empinados. Intenté dibujar algo en mi cuaderno, pero lo dejé porque nada cabe en una hoja. De regreso a Aguas Calientes, las piernas me dolían, pero no importaba — alguien del grupo compró mango fresco a una señora cerca del bus y lo compartió. Fue lo más dulce que probé en todo el día.
La excursión completa suele durar entre 14 y 15 horas, incluyendo todos los traslados.
Sí, el transporte ida y vuelta desde tu hotel en Cusco está incluido.
No, las entradas a Machu Picchu están incluidas en el precio del tour.
Sí, un guía profesional experto te acompañará durante toda la visita a Machu Picchu.
No se incluye almuerzo; tendrás tiempo libre en Aguas Calientes para comer o comprar algo.
Tomarás un bus lanzadera desde Aguas Calientes hasta la entrada de Machu Picchu y luego regresarás en bus tras la visita.
Después del tour guiado (unas 3 horas), tendrás tiempo libre para recorrer por tu cuenta antes de regresar.
El recorrido es apto para casi todos, excepto para personas en silla de ruedas debido a las limitaciones del sitio.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Cusco, transporte en van y tren panorámico entre Ollantaytambo y Aguas Calientes, entradas a Machu Picchu, traslados en bus entre el pueblo y las ruinas, y un guía local experto que hará que cada historia cobre vida.
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