Recorrerás el corazón histórico de Lima en un grupo pequeño, descubrirás plazas majestuosas y rincones escondidos, y escucharás historias reales de una guía local. No es solo turismo, es vivir el día a día en la capital peruana.
Al salir al centro histórico de Lima, sentí de inmediato el latido de la ciudad. Nuestra guía, Rosa, nos llamó cerca de una pequeña cafetería donde el aroma a pan recién horneado se mezclaba con el humo de los autos—el típico ambiente del centro. Caminamos por calles estrechas bordeadas por esos famosos balcones de madera. Algunos recién pintados, otros desgastados y con la pintura descascarada, pero todos con historias que contar. En la Plaza Mayor, nos detuvimos a ver a los niños de la escuela alimentar a las palomas frente al palacio de gobierno. Las campanas de la catedral sonaron justo cuando pasábamos—tan fuertes que te sorprenden si no estás preparado.
La verdadera sorpresa estuvo dentro de la Iglesia y Convento de San Francisco. Es fácil no notar lo tranquilo y fresco que es después del bullicio de la calle. Rosa nos mostró estantes antiguos llenos de libros encuadernados en cuero que olían a polvo y a historia. En las catacumbas, recuerdo el crujir de mis zapatos sobre la grava mientras pasábamos entre filas de huesos—algo inquietante pero fascinante a la vez. Nos contó sobre túneles secretos bajo Lima; los locales aún los mencionan como leyendas urbanas. Al final, sentí que había descubierto un lado de Lima que muchos solo pasan de largo.
Sí, es accesible para sillas de ruedas. Avísanos tus necesidades al reservar para que todo sea más cómodo para ti.
Por supuesto, todas las entradas están cubiertas para que no necesites llevar dinero extra durante el tour.
Los grupos son pequeños—no más de 7 personas—para que la experiencia sea cercana y relajada.
Claro que sí. Solo menciona tus preferencias al reservar y nos encargamos de todo.
Tu guía privado te acompaña, recibirás agua embotellada, todas las entradas están incluidas, y el transporte cómodo te recoge en tu hotel si lo necesitas. Los impuestos están incluidos—solo trae ganas de descubrir (y quizá tu cámara).
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