Si quieres conocer lo mejor de Lima sin perderte ni una palabra del guía, este tour es para ti. Explorarás los parques de Miraflores, plazas históricas y probarás un auténtico Pisco Sour, todo con audio claro y relatos que no encontrarás en las guías.
Desde el primer momento en Miraflores, se sentía la energía de la ciudad despertando: vendedores preparando sus carritos y el aroma a pan recién horneado que salía de una panadería cercana. Nuestro guía nos entregó auriculares y un pequeño receptor. Al principio no le di mucha importancia, pero fue un cambio total. A pesar del ruido de la ciudad—taxis tocando bocina, música a lo lejos—pude escuchar cada historia y detalle sin perderme nada.
Recorrimos uno de los parques de Miraflores, donde la gente corría y los perros jugaban en el césped. El guía nos señaló la Huaca Pucllana, una enorme pirámide de adobe que nunca había visto, justo en medio del barrio. No entramos, pero verla desde afuera ya te da una idea de su tamaño y su historia.
Al pasar por San Isidro, cruzamos El Olivar, un bosque de olivos más antiguos que la mayoría de los edificios cercanos. Aquí se siente la calma—solo el canto de los pájaros y el crujir de las hojas bajo los pies si prestas atención. Nuestro guía contó que este lugar fue una plantación de olivos de los colonos españoles.
En el Centro Histórico todo se siente más grande y luminoso: las fachadas amarillas de la Plaza San Martín, artistas callejeros haciendo malabares cerca de la fuente, y ese fresco aire que te recibe al entrar al Monasterio de Santo Domingo. Las paredes están decoradas con azulejos blancos y azules, y un suave aroma a incienso queda en el ambiente. El guía nos contó historias de los frailes dominicos y hasta nos mostró una escalera secreta que no habría visto por mi cuenta.
Afuerita, hicimos una pausa frente al Palacio de Gobierno y la Catedral para sacar fotos y ver a un grupo de niños con banderas peruanas saludando. Al lado está el Palacio Municipal, con sus balcones de madera que proyectan sombras largas cuando el sol empieza a bajar.
Terminamos con una degustación de Pisco Sour—no solo un sorbo, sino una pequeña demostración de cómo se prepara. El bartender añadió un toque de amargo con estilo y nos sirvió a cada uno un vaso. También probamos un licor cremoso de pisco que, sinceramente, me gustó aún más.
¡Claro! Los niños pueden ir en cochecito o en brazos, y hay espacio suficiente para familias a bordo.
Sí, cada persona recibe sus auriculares conectados al sistema de radio para no perder ningún detalle.
Entrarás al Monasterio de Santo Domingo; otros sitios como la Huaca Pucllana se visitan desde afuera por temas de tiempo.
Incluye agua embotellada y degustación de Pisco Sour y cremas de pisco, pero no comidas completas.
Tu reserva incluye agua embotellada, WiFi a bordo (ideal para fotos rápidas), entrada al Monasterio de Santo Domingo, auriculares para escuchar al guía todo el día, transporte cómodo con aire acondicionado y la degustación de Pisco Sour al final. Personas en silla de ruedas y familias son bienvenidas; todo está pensado para facilitar el acceso.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?