En este tour de 2 días verás leones marinos y pingüinos en un paseo en bote por Paracas, catarás pisco en viñedos de Ica con guías locales, y acelerarás en buggy por las dunas de Huacachina antes de deslizarte en sandboard. Incluye traslado desde el hotel, bus de lujo y tiempo para explorar el único oasis desértico de Perú, combinando naturaleza y aventura en cada momento.
“¿Esos son pingüinos?” fue lo primero que dije cuando el bote paró cerca de las Islas Ballestas. El aire olía a sal y a pescado fresco (no mal, sino auténtico), y ahí estaban: pingüinos de Humboldt caminando entre leones marinos que ladraban tan fuerte que el eco rebotaba en las rocas. Nuestra guía, Rosa, sonrió y nos contó que los locales llaman a este lugar “las Galápagos del pobre”, pero en serio, no parecía un sustituto. El viento me picaba las mejillas y no paraba de ajustar la cámara porque cada segundo había un ave, un chapuzón o una roca con forma rara para admirar. Al salir, alguien señaló el geoglifo del Candelabro — nadie sabe quién lo hizo ni por qué. Ese misterio se queda contigo.
El viaje hacia el interior duró más de lo que esperaba (me eché una siesta, esos asientos reclinables son una maravilla), pero despertar en los viñedos de Ica fue como entrar a otro mundo. Filas de parras quemadas por el sol bajo un cielo seco y azul, el aroma de uvas fermentando mezclado con polvo. Recorrimos una destilería antigua donde nuestro anfitrión sirvió pequeños tragos de pisco y nos enseñó a “saborearlo primero con la nariz”. Li se rió cuando intenté decir ‘salud’ en español — seguro lo dije mal. El pisco quemaba un poco al bajar, pero dejó un dulzor que me sorprendió.
Huacachina es… ¿surrealista? Una laguna verde rodeada de palmeras y, alrededor, dunas infinitas. Subir al buggy fue como montarse en una montaña rusa; corrimos por la arena a tal velocidad que terminé gritando (no me enorgullezco). El sandboard es más difícil de lo que parece — me tragué arena en el primer intento, pero al final logré deslizarme tambaleándome por una duna pequeña. El atardecer pintó todo de dorado y rosa por unos minutos, y luego la noche enfrió el aire rápido. Paseamos por el pueblo oasis con polvo en los zapatos y el cabello.
Al día siguiente todo fue más tranquilo — algunos volvieron a las dunas, pero yo me quedé junto a la laguna con un café, viendo a los niños locales correr y jugar al borde del agua. Fue un momento de paz después de tanta adrenalina. En el regreso a Lima (sí, el Wi-Fi funcionó), repasé las fotos de leones marinos y dunas y caí en cuenta de todo lo que habíamos vivido en dos días. Sigo pensando en esa primera brisa salada en Paracas.
El trayecto en bus de lujo desde Lima a Paracas dura varias horas sin paradas.
Sí, el tour incluye recogida y regreso al hotel en Lima.
La edad mínima para buggy y sandboard es 7 años.
En Ballestas verás leones marinos, pingüinos de Humboldt, pelícanos y otras aves marinas.
Incluye una visita guiada con cata de pisco en viñedos, pero no se menciona almuerzo.
El bus llega a Miraflores entre las 11:30 pm y medianoche; el regreso a zonas fuera de Miraflores puede tardar más.
Sí, los buses de lujo de Peru Hop cuentan con Wi-Fi rápido durante todo el recorrido.
Sí, los buses tienen baños a bordo para mayor comodidad en los trayectos largos.
Tu aventura de dos días incluye recogida y regreso al hotel en Lima, entradas para el tour en bote a las Islas Ballestas con guía bilingüe, visita guiada con cata de pisco en los viñedos de Ica, y una emocionante ruta en buggy con sandboard en el oasis de Huacachina. Viajarás cómodo en un bus de lujo con aire acondicionado, asientos reclinables, baño a bordo, Wi-Fi de alta velocidad y muchas historias locales durante el camino.
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