Recorrerás calles antiguas en Cusco, comprarás en vibrantes mercados de Pisac, conocerás llamas y artesanos en Yucay, y viajarás en tren por valles envueltos en niebla antes de entrar a Machu Picchu. Con hoteles incluidos y guías que conocen cada historia detrás de cada piedra, esta aventura te conecta con la historia y la vida diaria, a veces al mismo tiempo.
Lo primero que noté al salir en Cusco fue cómo el aire se sentía más liviano — no solo por la altura, sino por algo más. Ves esas piedras viejas por todos lados, unidas por siglos de manos. Nuestra guía, Rosa, nos recibió con una sonrisa que por un rato me hizo olvidar los nervios por la altura. Nos llevó por San Blas, donde los balcones azules se asoman a callejones estrechos y alguien asaba maíz en una esquina. Traté de seguirle el paso mientras señalaba un puma tallado en una pared — dicen que casi toda la ciudad tiene la forma de ese animal. Las campanas de la catedral sonaron y resonaron en la plaza; suenan más fuerte de lo que uno imagina. Más tarde me di cuenta que no había tomado ni una foto de esa primera tarde.
A la mañana siguiente salimos temprano de la ciudad — Sacsayhuamán se alzaba sobre nosotros con sus enormes rocas apiladas de forma casi imposible. El viento allá arriba tenía un aire seco y se olía eucalipto cerca. Rosa nos contó que antes hacían festivales ahí; se rió cuando le pregunté si alguien intentaba escalar las murallas (dijo que no, pero no sé si le creo). A media mañana paseamos por los mercados de Pisac — un estallido de colores, mujeres vendiendo papas en montones que parecían pequeñas esculturas. Compré una pulsera tejida a un anciano que no habló mucho, pero asintió cuando me trabé con el español.
El almuerzo en el Museo Inkariy fue mejor de lo que esperaba — trucha con una salsa que todavía no sé pronunciar. En Yucay había llamas que parecían más interesadas en mi mochila que en mí; los niños corrían dándoles pasto mientras sus padres miraban a los locales tejer. El Valle Sagrado no deja de sorprender — terrazas verdes y de repente las piscinas blancas de sal en Maras brillando bajo un sol tan fuerte que tienes que entrecerrar los ojos. Las escaleras de piedra en Ollantaytambo casi me vencen (culpo a la altura), pero estar arriba mirando el valle valió cada respiro agitado.
El tren Voyager hacia Aguas Calientes avanzaba junto al río mientras caía el crepúsculo — todos en silencio viendo la niebla enrollarse entre las montañas. Al día siguiente era el gran día en Machu Picchu; hicimos fila para el bus antes del amanecer y subimos por senderos en la nube tan espesa que a veces no veías a diez pasos. Cuando finalmente entramos a las ruinas… es difícil poner en palabras lo que se siente. Hay un silencio especial aunque haya gente; musgo en los escalones, orquídeas en las grietas, rayos de sol atravesando las nubes justo cuando la guía nos explicaba cómo funcionan los canales de agua después de siglos. Tras almorzar en el pueblo (apenas probé la comida — seguía pensando en esas terrazas), tomamos el camino largo de regreso a Cusco.
Sigo pensando en esa primera tarde caminando despacio por San Blas mientras caía el crepúsculo y los perros callejeros pasaban trotando como si fueran dueños del lugar. Si estás pensando en reservar este viaje de 6 días desde Cusco por el Valle Sagrado hasta Machu Picchu en tren… prepárate para momentos que se quedan contigo más que cualquier souvenir.
El tour dura 6 días, incluyendo traslados de llegada y salida.
Sí, incluye alojamiento: 3 noches en Cusco, 1 noche en el Valle Sagrado y 1 noche en Aguas Calientes (pueblo de Machu Picchu).
Sí, están incluidos los traslados entre aeropuerto, hoteles y estación de tren durante todo el viaje.
Se recomienda un nivel moderado de condición física por las caminatas y la altitud.
Sí, las entradas a Machu Picchu están incluidas.
Incluye desayuno diario y almuerzos buffet en días seleccionados, como en el Museo Inkariy y visitas al Valle Sagrado.
Visitarás la fortaleza de Sacsayhuamán, el mercado y ruinas de Pisac, las terrazas de Moray, las minas de sal de Maras, la fortaleza de Ollantaytambo y más.
Un guía local te acompañará en tours y actividades en todos los destinos principales.
Si te preocupa el mal de altura, se recomienda llevar medicación o consultar con tu médico antes de viajar.
Tu viaje incluye traslado de llegada y salida en Cusco, más todos los traslados entre hoteles y estaciones de tren; alojamiento por tres noches en Cusco y una noche en el Valle Sagrado y Aguas Calientes; desayuno diario; excursión de día completo en tren Voyager a Machu Picchu con entradas incluidas; tour guiado por Cusco incluyendo el barrio de San Blas; visitas al parque arqueológico de Sacsayhuamán; exploración del Valle Sagrado con paradas en el mercado de Pisac, Museo Inkariy con almuerzo incluido; terrazas de Moray y minas de sal en Maras con almuerzo buffet; visita a la fortaleza de Ollantaytambo antes del viaje en tren panorámico—todo guiado por expertos locales que hacen que cada momento valga la pena.
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