Recorrerás El Valle de Antón en una e-bike de alta gama, siguiendo rutas hechas por locales que conocen cada rincón. Tendrás el apoyo cercano de Ernesto y Ana, además de snacks y agua para que solo te preocupes por disfrutar. Con horarios flexibles y una app fácil de usar, vivirás esos pequeños momentos — risas con vecinos o paradas tranquilas bajo palmeras — que se quedan en la memoria.
Apenas despertaba cuando Ernesto me pasó el casco — sonreía como si ya hubiera vivido esa escena mil veces. La tienda olía a aceite de cadena y a guayaba madura del puesto de frutas de al lado. Ana se aseguró de que el asiento estuviera a mi altura y luego me enseñó a usar la app con las rutas predefinidas para e-bikes por El Valle de Antón. Nunca había probado una bici eléctrica, así que estaba un poco nervioso por verme ridículo (spoiler: al principio sí me pasó). Pero la verdad es que te acostumbras rápido a ese empujoncito del motor — es casi adictivo.
El aire de la mañana era fresco, se notaba en mis manos, pero no hacía frío. Salimos pasando casas pintadas y perros dormilones, siguiendo uno de sus circuitos recomendados. La palabra clave aquí es libertad — puedes ir tan rápido o despacio como quieras, y las cuestas ya no pesan tanto. En un momento paramos en una panadería; Ernesto le dijo algo en español a la dueña que la hizo reír (alcancé a entender tres palabras), y me dio un pan dulce recién salido del horno. Hay algo especial en comer pan caliente mientras tu bici eléctrica descansa a tu lado, que simplemente se siente bien.
Pasamos por familias saludando desde sus porches, niños intentando ganarnos en carrera con sus bicicletas viejas (perdieron), e incluso un hombre vendiendo orquídeas desde su camioneta. El valle es tan verde que casi lastima la vista — me detenía a mirar cada rato. El alquiler incluía agua y algunos snacks en mi mochila, algo pequeño pero que hizo todo mucho más cómodo de lo que esperaba. A las tres horas mis piernas no sentían cansancio; es como hacer trampa, pero aquí a nadie le importa.
No esperaba sentirme tan conectado con El Valle de Antón solo por andar en e-bike, pero hay algo en moverte a nivel de calle y que los locales te saluden que se queda contigo. Sigo recordando esa vista cerca de la cascada — la luz del sol filtrándose entre las hojas de palma, el silencio roto solo por los pájaros y el suave zumbido de las ruedas sobre la grava. Si tienes aunque sea un poco de curiosidad por descubrir este lugar de otra forma, pues… así es como yo lo haría de nuevo.
Puedes alquilar por 2, 4, 8 horas, 2 días, una semana o incluso un mes.
Sí, hay asientos para bebés hasta 4 años o 22 kilos.
El equipo local ofrece apoyo y mantiene las bicicletas en perfecto estado; están cerca por si necesitas ayuda.
Incluye agua embotellada y snacks para tu recorrido.
No, no hace falta experiencia; el personal te explica todo antes de empezar.
Si miden al menos 1.47 m y saben andar en bici, pueden usar su propia e-bike.
Sí, hay rutas predefinidas para distintos gustos, incluyendo senderos de montaña para los que buscan adrenalina.
Tu día incluye una e-bike de marca reconocida ajustada a ti, agua y snacks en tu mochila antes de salir, acceso a mapas con rutas personalizadas vía app (con soporte para el teléfono), y la ayuda amable del equipo local de Ernesto y Ana siempre que la necesites.
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