Navega junto a las icónicas casas de los canales de Ámsterdam en un barco clásico con ventanas panorámicas y asientos calefactados. Un guía local comparte historias mientras disfrutas bebidas ilimitadas — cerveza, vino o refrescos — y ves pasar lugares como el Puente Delgado. Incluye narración en vivo, barra a bordo y ayuda amable para subir si la necesitas.
Lo primero que noté fue el suave tintinear de las copas y el murmullo del motor del barco — no era ruidoso, justo lo suficiente para recordarte que estás navegando por Ámsterdam, no caminando. Nuestro patrón, Pieter, nos saludó como si fuéramos viejos amigos (incluso ayudó a una pareja mayor con el escalón — es un poco alto, así que ojo con eso). Las ventanas tenían un poco de vaho por el frío exterior, pero adentro se sentía muy acogedor. Alguien pidió una cerveza de inmediato. Yo opté por un vino blanco. Sabía más frío de lo esperado, pero bueno, así es el clima holandés.
Mientras navegábamos por el río Amstel, nuestra guía — Marijke — nos contó que Ámsterdam empezó justo aquí, en esta antigua “presa” construida por pescadores. Tenía una forma de hablar que te hacía inclinarte hacia adelante; no solo datos, sino pequeñas historias de su infancia y cómo su padre llamaba a las casas de los canales “los dientes de la ciudad.” El Puente Delgado se veía delicado con la luz de la tarde. Intenté sacar una foto a través del cristal, pero solo capté mi reflejo (clásico).
Las bebidas seguían llegando si querías — alguien cerca de nosotros estaba probando todas las cervezas holandesas disponibles. Pasamos por esas famosas casas torcidas de los canales (Marijke las llamó “las casas borrachas,” lo que provocó risas) y explicó cómo siguen en pie después de siglos. En un momento pasamos bajo una serie de puentes alineados; parece que ver tantos juntos es raro, a menos que pilles el ángulo perfecto. Hubo un instante en que todo quedó en silencio, solo el agua rozando el casco, y pensé, sí, por esto uno se enamora de Ámsterdam.
No esperaba sentirme tan alejado del ruido de la ciudad — ni aprender tanto sobre la importancia de estos canales más allá de las postales. Aún recuerdo lo cálidas que se sentían mis manos alrededor de la copa mientras la lluvia golpeaba el techo. Si buscas una excursión en Ámsterdam que sea sencilla pero con un toque muy personal, este crucero en barco clásico vale totalmente la pena.
El crucero dura 1 hora desde el inicio hasta el final.
Sí, durante el crucero puedes disfrutar de cerveza, vino y refrescos ilimitados.
Sí, un guía en vivo comparte historias sobre la cultura e historia de Ámsterdam.
Sí, pueden subir bebés y niños pequeños; se permiten cochecitos o carriolas a bordo.
No, no incluye recogida en hotel; hay opciones de transporte público cerca.
Verás el canal Herengracht, el río Amstel, el Puente Delgado, la zona de De Bijenkorf y más.
Sí, el barco clásico tiene asientos calefactados para mayor comodidad en días frescos.
Sí, los animales de servicio están permitidos a bordo.
Tu recorrido de una hora incluye un lugar en un barco clásico con asientos calefactados y ventanas panorámicas para disfrutar las vistas de los canales de Ámsterdam. Durante el crucero, tienes bebidas ilimitadas — cerveza, vino o refrescos — desde la barra a bordo. Un patrón local navega mientras el guía en vivo cuenta historias de cada lugar, y te ayudarán a subir si necesitas una mano con el primer escalón alto.
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