Pedalea por los campos de tulipanes de Noord Holland con un guía local que conoce cada camino y historia. Disfruta de caminos tranquilos, molinos, snacks como pan y galletas holandesas, y tiempo para fotos o simplemente contemplar. Un día relajado para conectar de verdad con el campo, que recordarás mucho después de que tus piernas se recuperen.
No esperaba que el aire oliera tan fresco, no solo a flores, sino a algo casi terroso, como hierba mojada después de la lluvia. Quedamos con nuestro guía en Schagen, que creció aquí (bromeaba diciendo que probablemente tiene más bulbos de tulipán en la sangre que glóbulos rojos). Desde el primer momento se notaba la diferencia con esos lugares abarrotados cerca de Ámsterdam. Las bicis ya nos esperaban y, tras asegurarnos de que todos estábamos cómodos (yo al principio me tambaleaba un poco), arrancamos hacia el campo.
El primer tramo fue silencioso, solo se oía el suave clic de los cambios y alguna que otra oveja mirándonos desde detrás de una cerca. Nuestro guía nos señaló qué campos florecerían la semana siguiente; al parecer, hay toda una ciencia para predecir el momento perfecto del color. Intenté pronunciar el nombre de uno de los pueblos; se rió y me dijo que no me preocupara, que hasta los locales se traban. Paramos junto a un molino antiguo donde solo se escuchaba el crujir de las aspas con la brisa y la radio de alguna granja a lo lejos.
A mitad del camino nos repartió unas bolsitas con pan y galletas típicas holandesas. Sigo pensando en esa galleta, mantequillosa con un toque de especias que no supe identificar. La ruta cambiaba según lo que se veía mejor ese día; un grupo había ido hacia el Mar del Norte unos días antes, pero hoy dimos un rodeo por pueblos diminutos donde la gente saludaba desde sus jardines. El cielo también jugaba: sol un momento, nubes cubriendo campos de tulipanes amarillos y rosas al siguiente. No había prisa; si alguien quería parar a hacer fotos o simplemente quedarse mirando, nadie decía nada.
Cuando volvimos a Schagen, las piernas me dolían, pero de buena manera. Hay algo especial en ver estos campos en bici: te sientes parte del paisaje, no solo un pasajero en coche o bus. No dejo de recordar lo tranquilo que estaba todo, salvo por nuestras risas cada vez que se nos saltaba la cadena o cuando el guía contaba otra historia de crecer entre flores. Te das cuenta de toda la vida que hay entre esas filas de color.
El tour comienza y termina en Schagen, Noord Holland.
La ruta tiene entre 25 y 30 kilómetros, ajustable según el grupo.
Sí, la bicicleta está incluida en el tour.
No incluye almuerzo completo, pero sí snacks como pan y galletas típicas.
Sí, los tradicionales molinos holandeses forman parte del paisaje.
Se recomienda tener al menos una condición física moderada para este tour.
Sí, hay transporte público disponible cerca de Schagen.
Sí, el guía lleva a campos de tulipanes menos concurridos, lejos de los puntos turísticos principales.
Tu día incluye el uso de una bicicleta para explorar los campos de tulipanes de Noord Holland con un guía local experto que comparte historias durante el camino. También recibirás una bolsa con pan y galletas holandesas típicas para picar mientras pedaleas, antes de regresar a Schagen al final de la ruta.
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