Saldrás de Te Anau y cruzarás los valles salvajes de Fiordland con un guía local que sabe dónde parar para vistas auténticas, no solo fotos rápidas. Pasea junto a las aguas cristalinas de Mirror Lakes, observa loros kea cerca del Lago Gunn, respira el aire frío del túnel Homer y navega cerca de los acantilados y cascadas de Milford Sound mientras disfrutas un picnic. No es solo paisaje, son esos momentos únicos que querrás recordar una y otra vez.
Jamás olvidaré el silencio que se apoderó de la furgoneta cuando entramos al Valle Eglinton. No fue planeado: un momento antes bromeábamos sobre el tráfico de ovejas (muy neozelandés), y de repente esas colinas esculpidas por glaciares absorbieron todo ruido. Nuestro guía, Dave, sonrió y nos dejó contemplar. Recuerdo que la hierba aún estaba húmeda por la lluvia de la noche anterior, brillando bajo un cielo que no sabía si quería ser azul o gris. Eso marcó el tono para el resto del tour por Milford Sound: momentos de calma inesperada entre tantos “wow”.
La siguiente parada fue en Mirror Lakes. Había visto fotos, pero no esperaba quedarme ahí mirando mi reflejo en un agua tan quieta que parecía irreal. El aire olía a tierra mojada y algo punzante, ¿quizá esas pequeñas plantas alpinas? Dave nos contó sobre exploradores maoríes que cruzaron estos valles mucho antes de que existieran caminos. En el Lago Gunn, un par de loros kea aparecieron, sin inmutarse por nuestra presencia, picoteando el corazón de una manzana olvidada. Se supone que son traviesos, pero sinceramente parecían aburridos.
El túnel Homer estaba más frío de lo que imaginaba, como respirar dentro de un frigorífico, y cada gota resonaba en las paredes de piedra. Salir al otro lado fue como caer en otro mundo; acantilados por todas partes y cascadas deslizándose aunque apenas había llovido. Cuando finalmente subimos al barco para el crucero por Milford Sound (grupo pequeño, para que realmente puedas ver todo), terminé pegado a la barandilla con un sándwich en una mano y el móvil en la otra, intentando no dejar caer ninguno mientras las focas jugueteaban en las rocas bajo Mitre Peak. El picnic fue sencillo, pero con esas vistas, un sándwich de jamón nunca supo tan bien.
De regreso a Te Anau me sorprendí pensando en cuántos detalles pequeños olvidaría si no los anotaba: el rocío en mis gafas tras la bruma de una cascada, o la risa de Li cuando intenté pronunciar “Fiordland” correctamente (definitivamente no lo logré). Esta excursión desde Te Anau no es solo para tachar lugares en una lista; es para coleccionar esas pequeñas sorpresas que hacen que el camino parezca más grande que uno mismo.
El trayecto dura unas 2 horas por sentido, con varias paradas panorámicas en el camino.
Sí, el almuerzo tipo picnic está incluido en la excursión desde Te Anau.
Sí, se hacen varias paradas en lugares como el Valle Eglinton, Mirror Lakes, Lago Gunn y otros para fotos y caminatas cortas.
Se utiliza un barco pequeño para que los pasajeros puedan acercarse más a las cascadas y la fauna de Milford Sound.
La excursión incluye recogida en puntos céntricos de Te Anau.
Sí, puedes informar tus necesidades al reservar y se ajustará el picnic a ellas.
Sí, los niños son bienvenidos; se pueden solicitar asientos de seguridad con 24 horas de antelación.
La excursión incluye caminatas moderadas y terrenos irregulares; puede no ser adecuada para personas con dificultades para caminar o en silla de ruedas.
Tu día incluye recogida en Te Anau, snacks y agua a bordo, entrada para un exclusivo crucero por Milford Sound con guía local durante todo el recorrido, además de un picnic (avisa si tienes necesidades dietéticas). Viajarás en un vehículo pequeño y cómodo antes de regresar a la ciudad por la tarde.
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