Recorrerás las calles peculiares de Dunedin y la costa salvaje de la Península de Otago con un guía local que conoce todos los atajos y secretos. Prepárate para ver de cerca albatros reales, playas azotadas por el viento y puntos clave de la ciudad como Baldwin Street y la estación de tren, todo en un grupo pequeño y con flexibilidad. Un día para recordar mucho después de dejar Nueva Zelanda.
Casi pierdo el sombrero por el viento antes de salir de Port Chalmers; así empezó nuestro tour por la Península de Otago. Nuestro guía, Mike, sonrió y dijo: “Así es Dunedin.” Me cayó bien al instante. La furgoneta era lo suficientemente pequeña para que todos pudiéramos escuchar sus historias (y sus bromas sobre Baldwin Street — que realmente es tan empinada como dicen; mis pantorrillas aún lo recuerdan). Paramos ahí primero. Vi a un par de estudiantes intentar bajar en skate y arrepentirse al instante. Se siente como un lugar donde los locales simplemente sacuden la cabeza y siguen su camino.
El camino por Highcliff Road fue un desfile de colinas verdes y destellos de agua azul. Obviamente, ovejas por todos lados. Mike señaló viejos muros de piedra construidos por los primeros colonos — yo ni los habría notado. Hubo un momento en que paramos cerca de Signal Hill; el aire olía fresco, casi salado, y la ciudad abajo parecía un pueblo de juguete entre las colinas. Alguien preguntó por los nombres maoríes de algunas bahías, y Mike no fingió saberlo todo — simplemente compartió lo que sabía y nos dijo dónde buscar más info si queríamos.
El almuerzo fue a tu aire en el Royal Albatross Centre (yo me pedí una empanada en la cafetería — nada sofisticado pero calentita). Allí arriba hace viento; se oye silbar alrededor mientras ves a esas enormes aves planeando sobre ti. No esperaba sentirme tan pequeño bajo ese cielo. Algunos entraron para aprender más sobre la colonia; otros se quedaron mirando a las focas descansando en las rocas. Todo el lugar se sentía salvaje pero a la vez extrañamente tranquilo.
Terminamos con una parada rápida en la estación de tren de Dunedin (vale la pena ver los azulejos del interior) y luego tiempo libre en los jardines botánicos — los más antiguos de Nueva Zelanda, dicen, aunque yo recuerdo sobre todo el silencio, muy distinto al resto. Para entonces ya ni miraba el móvil. No todos los tours me hacen desconectar así.
El tour dura alrededor de 5 horas desde el inicio hasta el final.
Sí, hay una parada corta en Baldwin Street durante el recorrido.
No, el almuerzo no está incluido, pero tienes tiempo libre para comprar comida o explorar.
No, no incluye entrada ni tour guiado en la colonia de albatros.
Se utiliza una minivan con aire acondicionado, ideal para grupos pequeños.
No, la salida es desde Port Chalmers, no se menciona recogida en hotel.
Sí, es posible ver albatros reales volando y focas cerca del centro.
Se recomienda un nivel moderado de actividad física; hay algo de caminata.
Tu día incluye transporte en minivan con aire acondicionado y agua embotellada, comentarios en vivo de tu guía durante los recorridos panorámicos y paradas en la ciudad, además de tiempo libre en lugares clave como el Royal Albatross Centre y los jardines botánicos de Dunedin antes de volver a Port Chalmers.
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