Sube en un tren de montaña por el frondoso bosque de Coromandel antes de lanzarte por ocho tirolinas con guías locales que conocen cada árbol por su nombre. Siente cómo se te va el miedo mientras vuelas sobre helechos y arroyos, aprendiendo sobre la fauna y la historia nativa. No es solo adrenalina: terminarás con los zapatos embarrados y un nuevo respeto por este lugar.
Ya estábamos a mitad de camino en la montaña cuando me di cuenta de cuánto había subestimado este lugar. El pequeño tren avanzaba con su traqueteo, las ventanas abiertas y el viento traía ese aroma a tierra y verde que solo encuentras en Nueva Zelanda. Nuestro guía, Jamie, señaló un árbol kauri que parecía capaz de tragarse entero. Bromeó diciendo que de niño solía treparlos—no sé si hablaba en serio o no. El viaje duró unos 18 minutos, pero se sintió a la vez rápido y lento.
Al principio, ponerme el arnés fue un poco incómodo (nunca sé qué hacer con los brazos), pero nuestros dos guías fueron pacientes y soltaron bromas sobre la seguridad “a la kiwi”—que al parecer significa revisar todo tres veces y seguir riendo. La primera tirolina me dio más miedo del que esperaba; tenía las manos sudadas dentro de los guantes. Pero luego vuelas sobre helechos y arroyos, escuchas a los tui cantando abajo y de repente se te olvida el miedo. El aire sabía a limpio, como a lluvia, aunque no llovía.
Intenté pronunciar los nombres maoríes de algunos árboles—Li se rió cuando destrocé uno (todavía no sé cómo decir “pūriri”). Hay algo salvaje en estar ahí arriba, entre el cielo y el suelo del bosque, viendo todas esas capas de verde que no ves desde un sendero. Ocho tirolinas en total—perdí la cuenta después de cinco porque estaba demasiado concentrado buscando un kiwi (sin suerte). Al final, mi pelo olía a hojas mojadas y al metal del arnés.
La experiencia incluye un paseo en tren de 18 minutos más tiempo en ocho tirolinas que suman 705 metros.
El tour incluye transporte en tren por la única vía de montaña de Nueva Zelanda hasta el inicio del circuito de tirolinas.
Sí, dos guías expertos y locales acompañan al grupo durante toda la experiencia.
Se incluye ropa para lluvia si hace falta; se recomienda ropa cómoda y todo el equipo de seguridad se proporciona en el lugar.
La actividad es apta para todos los niveles de forma física, pero no se recomienda para embarazadas.
Sí, hay opciones de transporte público cerca.
La experiencia cuenta con ocho tirolinas que cruzan valles y arroyos en bosque nativo.
Tu día incluye un paseo en tren de montaña de 18 minutos por Driving Creek, todo el equipo de seguridad colocado por dos guías amables, ropa para lluvia si es necesaria, entradas para Coromandel Zipline Tours y muchas historias sobre los bosques nativos de Nueva Zelanda antes de regresar.
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