Sentirás el corazón acelerado mientras vuelas por Port Hills en las tirolinas más largas de Nueva Zelanda, guiado por locales que conocen cada historia y atajo. Desde equiparte y subir en telesilla hasta reír con papas fritas al final, este tour en Christchurch combina adrenalina con calidez real, además de esas vistas salvajes de ciudad y océano que no olvidarás.
Aún lo recuerdo — ese primer paso fuera de la plataforma, las piernas temblando, el viento en la cara y Christchurch extendiéndose abajo. Es como si el estómago se te cayera y al mismo tiempo estuvieras volando. Nuestro guía, Jamie, me sonrió y dijo: “Espera a la línea cuatro.” Pensé que bromeaba hasta que vi lo lejos que se extendía esa última tirolina sobre el valle. El aire olía a pino y a algo dulce que no supe identificar. ¿Quizá a retama? O tal vez solo eran los nervios.
Todo comienza con un paseo en el telesilla más largo de Nueva Zelanda (más lento de lo que imaginas — te da tiempo para buscar ovejas o simplemente admirar los Alpes del Sur). En la base te equipan — arnés, casco, todo — y se aseguran de que todo te quede perfecto. Eso me gustó porque, siendo sincero, tenía miedo a las alturas. Jamie y Li (nuestro otro guía) mantuvieron el ambiente relajado; Li se rió cuando intenté pronunciar algo en maorí. Seguro lo dije fatal, pero no pareció importarle.
Cada tirolina es más intensa que la anterior. La tercera está tan alta que, si entrecierras los ojos entre los árboles, puedes ver hasta el Pacífico. En la cuarta — que supera el kilómetro de largo — las manos me sudaban dentro de los guantes, pero una vez que te lanzas, solo queda viento, velocidad y una mezcla rara de miedo y alegría. Alguien gritó detrás de mí (no diré quién), pero al final todos nos reímos en la base. Hay una cafetería en el pueblo donde la gente se sienta afuera a tomar café o cerveza después — yo pedí unas papas fritas porque las piernas me temblaban como gelatina.
No esperaba recordar tanto esos pequeños momentos: Jamie contándonos historias de ciclistas perdidos en la niebla por aquí, o el silencio que se hacía justo antes de cada salto. Si buscas un tour de tirolinas en Christchurch que se sienta auténtico (y no solo una lista de cosas por hacer), este es el indicado. A veces todavía escucho ese viento cuando todo está tranquilo en casa.
El tour dura aproximadamente 2.5 horas desde el check-in hasta el final.
Sí, la altura mínima es 1.2 m y el peso mínimo 27 kg; el peso máximo es 120 kg.
Usa zapatos cerrados y lleva ropa de abrigo extra, porque Christchurch puede ser frío incluso en días soleados.
Sí, dos guías locales profesionales acompañan a cada grupo durante toda la experiencia.
El tour se realiza con cualquier clima excepto vientos fuertes; puede posponerse si las condiciones no son seguras.
No incluye comida, pero hay una cafetería y bar en el lugar donde puedes comprar algo después del tour.
Puedes llevar cámara para fotos o videos durante la aventura.
No incluye traslado; hay opciones de transporte público cerca si lo necesitas.
Tu día incluye todo el equipo de seguridad — arnés, casco, trolley — y acceso al telesilla más largo de Nueva Zelanda para subir a Port Hills, seguido de cuatro tirolinas guiadas por dos profesionales locales en Christchurch Adventure Park.
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