Recorre Trondheim con un guía local: almacenes junto al río, las calles de madera de Bakklandet (quizá pruebes el singular ascensor para bicicletas), cruza el Puente Viejo hasta la Catedral de Nidaros y termina en la animada plaza Torget. Risas, historias reales y pequeñas sorpresas hacen que este paseo sea mucho más que turismo.
No esperaba que Trondheim oliera tanto a canela y agua fría del río. Nos encontramos con nuestra guía frente a Pirbadet — nos saludó con sus manoplas de lana, y ahí me di cuenta de que iba demasiado ligero (la primavera noruega no es primavera de verdad). Primero fuimos a Solsiden, con sus edificios de cristal y gente riendo bajo las lámparas de calor en las terrazas. Parecía que todos se conocían; alguien gritó desde el otro lado de la calle sobre un partido de fútbol y nuestra guía sonrió, “Eso es típico aquí.” Me gustó esa sensación.
Al caminar junto al río Nid, los almacenes parecían pintados por niños — rojos y amarillos contra el cielo gris. El viento se levantó y escuché gaviotas peleando por algo cerca del muelle. En Bakklandet paramos a tomar un café en un sitio que olía a bollos de cardamomo. Las casas de madera están un poco torcidas, pintadas en verdes y azules suaves. Nuestra guía nos mostró el único ascensor para bicicletas del mundo — al principio pensé que era broma, pero luego un tipo lo usó (y casi se cae). Li se rió cuando intenté decir “Bakklandet” en noruego — seguro lo arruiné.
El Puente Viejo se siente más pesado que en las fotos. Tiene un arco rojo llamado “El Portal de la Felicidad” — la verdad, no noté nada especial al cruzarlo, pero quizá soy yo. La Catedral de Nidaros es enorme; dentro huele a piedra y cera de vela. Nuestra guía nos contó que San Olav está enterrado justo debajo. Bajó la voz al hablar de él, y yo hice lo mismo sin darme cuenta.
Torget estaba lleno — estudiantes por todos lados, alguien vendiendo flores aunque hacía casi frío. La estatua de Olav Tryggvason parecía seria en medio del ruido. Pasamos por Stiftsgården (la residencia real) y miramos por las rejas; dicen que si tienes suerte puedes ver a alguien de la familia real, pero solo vimos a un jardinero recogiendo hojas. De regreso al puerto mis pies estaban cansados, pero no dejaba de pensar en esas casas azules torcidas junto al río — todavía me pasa.
El tour dura aproximadamente 2 horas de principio a fin.
Comienza frente a Pirbadet, cerca del puerto de Trondheim.
Sí, un guía local con experiencia acompaña todo el recorrido.
Visitarás la Catedral de Nidaros por fuera y conocerás su historia durante el paseo.
Sí, los bebés pueden unirse y los cochecitos son bienvenidos en la ruta.
Hay opciones de transporte público cerca del punto de inicio y final.
Bakklandet conserva arquitectura de madera y cuenta con el único ascensor para bicicletas del mundo.
El itinerario puede cambiar por el clima o condiciones del camino, pero se ofrecerá una alternativa si hace falta.
Tu día incluye un paseo guiado de dos horas por Trondheim con paradas en Solsiden, los almacenes junto al río Nid, el encantador Bakklandet (con su único ascensor para bicicletas), cruzar el Puente Viejo para ver la Catedral de Nidaros desde fuera, pasar por la plaza Torget y Stiftsgården antes de volver al puerto — todo con un guía local experto.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?