Conduce motos de nieve por valles árticos cerca de Tromsø con un guía local, cambia de conductor a mitad de ruta, caliéntate con un guiso en una tienda sámi y explora los mágicos Ice Domes mientras conoces renos de cerca: una mezcla de adrenalina y momentos de calma que recordarás mucho tiempo.
No esperaba que el silencio me impactara tanto cuando el autobús dejó Tromsø y entramos en Tamokdalen. La nieve cubría todo, como si alguien hubiera silenciado el mundo salvo por el crujir de nuestras botas y el graznido de un par de cuervos en el cielo. Nuestro guía, Erik, nos entregó unos enormes trajes térmicos que nos hacían parecer astronautas torpes. Tenía nervios de conducir la moto de nieve (nunca lo había hecho), pero las instrucciones de Erik fueron tan claras que hasta mis nervios se calmaron. El rugido del motor resultó extrañamente reconfortante al arrancar, con el viento mordiendo mis mejillas y el aire frío colándose bajo el casco cada vez que sonreía.
Paramos a mitad de camino para cambiar de conductor; mis manos temblaban un poco, entre la emoción y por agarrarme con fuerza. Hubo un instante en que el sol apenas se asomó entre las nubes y todo se tiñó de un azul dorado por un segundo. Intenté decir “hermoso” en noruego y lo pronuncié mal; Erik se rió y me corrigió (todavía no lo consigo). Luego nos calentamos dentro de una tienda lávvu junto al fuego. El aroma del guiso mezclado con el humo de la madera se quedó en mi chaqueta horas después; la verdad, no me importó nada.
Los Tromsø Ice Domes eran más fríos de lo que imaginaba, pero de alguna forma también acogedores. Caminar entre las esculturas de hielo era como pasear por el sueño de alguien: luces suaves reflejándose en paredes congeladas, pequeños detalles tallados por todas partes. Conocimos a unos huskies que parecían más interesados en jugar que en posar para fotos. Y luego estaban los renos, con ojos tiernos y narices suaves, sorprendentemente silenciosos salvo por el crujir de sus pezuñas en la nieve. Todo se sentía a la vez surrealista y profundamente reconfortante. Incluso ahora, cuando el ruido en casa se vuelve demasiado, recuerdo ese silencio fuera de los domos.
El trayecto en autobús desde el centro de Tromsø hasta Tamokdalen dura aproximadamente 90 minutos.
Sí, se sirve un guiso caliente dentro de una tienda tradicional sámi durante la excursión.
No, no se requiere experiencia previa; los guías dan instrucciones completas antes de empezar.
Los pasajeros deben tener al menos 7 años para unirse a esta actividad.
Sí, el tour incluye traslado de ida y vuelta desde Tromsø.
Se proporciona todo el equipo de invierno necesario: traje térmico, botas, guantes y casco.
Este tour no se recomienda para personas embarazadas ni con problemas de columna o cardiovasculares.
Sí, visitarás renos cerca del parque como parte de la experiencia del día.
Tu día incluye traslado desde el centro de Tromsø a Tamokdalen y regreso, todo el equipo de invierno y seguridad para conducir motos de nieve con guía en inglés, instrucciones para conducir de forma segura (sin experiencia previa), un almuerzo caliente con guiso dentro de una tienda sámi lávvu junto al fuego, entrada para explorar a tu ritmo el Tromsø Ice Domes Snow Park —incluyendo tiempo con huskies— y finalmente una visita a renos locales antes de regresar.
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