Sube a un catamarán acogedor en Tromsø al caer la noche y adéntrate en el silencio ártico con un guía local que te llevará a cazar Auroras Boreales. Calienta tu cuerpo en la cabina o atrévete a la cubierta mientras buscas las luces sobre los fiordos nevados. Con historias del guía y garantía Aurora si la naturaleza no coopera, vivirás una experiencia inolvidable.
Confieso que me daba un poco de miedo estar en el agua a las 9 de la noche en pleno invierno — ¿quién en su sano juicio deja un hotel calentito para adentrarse en la oscuridad ártica? Pero ahí estábamos, abrigados hasta arriba, subiendo al MS Rygerdronningen, con el aliento formando nubes en el aire. Nuestro guía, Erik (con ese humor seco típico noruego), nos dio consejos para avistar las Auroras y nos señaló por dónde navegaríamos entre los fiordos de Tromsø. Mencionó algo de “paciencia y suerte”, lo que me hizo sonreír — justo lo que quieres oír cuando has viajado tanto para esto.
Lo primero que noté fue el silencio absoluto al salir del puerto. Las luces de la ciudad quedaron atrás, reemplazadas por un silencio denso que solo se siente cuando la nieve lo cubre todo. Dentro, la gente se acurrucaba junto a las ventanas panorámicas con tazas de chocolate caliente (en el quiosco venden snacks — yo caí y compré un bollo de canela). De vez en cuando alguien salía corriendo a mirar el cielo. El frío pegaba fuerte — punzante en las mejillas, casi eléctrico — pero de algún modo encajaba, como si necesitaras ese golpe para estar alerta a lo que pudiera venir.
Cuando la Aurora finalmente apareció — la verdad empezó como una mancha verde tenue sobre el fiordo — Erik me dio un toque en el hombro y sonrió como si la hubiera visto mil veces, pero le siguiera emocionando cada vez. Se fue haciendo más brillante y empezó a moverse en olas lentas por el cielo. Hubo un momento en que nadie habló; hasta los niños se quedaron callados. Intenté sacar fotos, pero al final solo me quedé mirando, olvidándome del móvil por completo. Alguien susurró algo sobre valquirias cruzando la noche (creo que Erik nos contó esa historia antes), y por un instante parecía que algo antiguo y salvaje ocurría sobre nosotros.
No estuvimos mucho tiempo — unas dos horas quizá. El tiempo se vuelve raro allá afuera. De vuelta hacia Tromsø, no podía dejar de pensar en lo diferente que se veía todo bajo esa luz verde, aunque solo durara unos minutos. No sé si todos vieron lo que esperaban, pero sé que recordaré ese silencio cuando aparecieron las luces más que cualquier foto que haya tomado.
El crucero sale a las 9 de la noche desde Tromsø.
Sí, hay guías que hablan tanto noruego como inglés.
El crucero dura aproximadamente dos horas.
En el quiosco a bordo puedes comprar comida, snacks y bebidas.
Si no las ves, te dan un ticket gratis para otro safari de Auroras en el mismo barco (uso único).
Sí, el transporte es accesible para sillas de ruedas.
Los bebés son bienvenidos, pero deben ir en el regazo de un adulto; se permiten cochecitos o carriolas.
Tu noche incluye un crucero guiado en catamarán por los fiordos de Tromsø con guías en noruego e inglés. Si no ves la Aurora, tienes garantía para repetir la experiencia. Además, podrás comprar snacks y bebidas en una cabina cálida antes de regresar al puerto tarde en la noche.
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