Conduce tu propio trineo de huskies en parejas por la naturaleza ártica de Tromso, alternando entre conductor y pasajero. Luego, caliéntate en una tienda Lavvu tradicional con pastel casero y bebidas calientes antes de regresar a la ciudad — una mezcla perfecta de aventura y confort.
No esperaba que los perros fueran tan ruidosos — o mejor dicho, tan emocionados. En cuanto bajamos del minibús en el criadero fuera de Tromso, todo fue aullidos y ladridos, con colas moviéndose sin parar. Nuestro guía, Erik, sonrió y nos entregó unos trajes térmicos gruesos (la verdad, me sentí como un malvavisco), y luego conocimos a nuestro equipo de Huskies de Alaska. Eran más delgados de lo que imaginaba, llenos de músculos y con ojos brillantes. También hacía más frío de lo que pensaba — mi aliento se veía en el aire mientras Erik nos enseñaba a manejar el trineo. “No te preocupes,” dijo, “los perros saben lo que hacen.” No sé si eso me dio más confianza o solo me puso nervioso de otra forma.
Los primeros minutos en el trineo fueron un caos total — nada aterrador, solo un poco fuera de control. Mi compañero tomó el primer turno conduciendo mientras yo me acurrucaba detrás, agarrado a los barrotes de madera. La nieve crujía bajo nosotros y de vez en cuando se sentía ese aroma a pino mezclado con algo terroso de los perros. En algún momento me di cuenta de que me dolía la cara de tanto sonreír. Cambiamos a mitad del camino (casi me caigo al hacer el cambio — Erik se rió pero creo que ha visto cosas peores), y entonces fue mi turno de conducir. Hay un silencio extraño allá afuera, solo roto por el golpeteo de las patas y el deslizamiento del trineo sobre la nieve. Difícil de explicar si no lo has vivido.
Después de unos 70 minutos — pudo ser más o menos, el tiempo se siente raro allá afuera — volvimos al criadero con la nariz congelada y los dedos entumecidos. Los perros se tiraron en montones de nieve como si acabaran de correr un maratón (quizás lo hicieron). Dentro de la tienda Lavvu olía a leña y pastel; alguien me sirvió café en una taza que calentó mis manos al instante. Había un niño intentando pronunciar el nombre de uno de los huskies (Li se rió cuando yo también lo intenté — seguro lo dije mal). Todo fue a la vez agotador y tranquilo. Todavía recuerdo esa vista sobre tanta blancura infinita.
La parte de trineo dura alrededor de 70-80 minutos en total.
No incluye recogida en hotel, pero sí transporte desde Tromso en un minibús con el logo "Arctic Adventure Tours".
Sí, conducirás tu propio equipo de 5-6 Huskies de Alaska en parejas, alternando entre conductor y pasajero durante el tour.
No hay almuerzo completo, pero después del trineo te servirán pastel casero y café o té dentro de una tienda Lavvu.
Lleva ropa térmica base; en el criadero te darán trajes térmicos y botas para mantenerte abrigado durante el paseo.
La edad mínima es 7 años; los niños comparten trineo con un adulto.
El grupo máximo es de 20 personas por salida.
Sí, al regresar al criadero tendrás tiempo para conocer y acariciar a algunos huskies.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde Tromso en minibús (busca el que dice “Arctic Adventure Tours”), uso de trajes térmicos árticos y botas de nieve para mantenerte abrigado, unos 70-80 minutos conduciendo tu propio trineo de huskies en parejas con guía, además de pastel casero y bebidas calientes dentro de una acogedora tienda Lavvu antes de regresar.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?